Desconciertos entre público y artistas, varios casos en los que uno de los dos se siente inconforme

No siempre se logra una total complicidad, como pasó con Marc Anthony y otros cantantes como Romeo Santos en escenarios dominicanos

Marc Anthony no dejó conforme a una parte del público que asistió a su más reciente concierto en Santo Domingo.

Marc Anthony no dejó conforme a una parte del público que asistió a su más reciente concierto en Santo Domingo.

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Ynmaculada Cruz HierroSanto Domingo. RD

No siempre los artistas tienen su mejor noche en el escenario. En ocasiones dejan al público inconforme. Marc Anthony es el más reciente ejemplo, en Santo Domingo. O a veces es al revés: los asistentes no responden a las expectativas de los dueños del show.

Sea uno u otro, esta incomprensión entre artistas y público suele darse, generalmente, cuando menos se espera. Ni el artista ofrece lo prometido ni los espectadores responden con el entusiasmo o atención debida.

En los últimos 15 años, en el mundo del entretenimiento local se han registrado varios casos de inconformidades por parte del protagonista del escenario o del público.

Además de Marc Anthony, situaciones incómodas en el país han confrontado los españoles Joaquín Sabina, Diego El Cigala, Miguel Bosé y Pedro Guerra, así como el argentino Fito Páez y el neoyorquino de origen dominicano Romeo Santos.

Muchos recordarán el llamado de atención (o “boche”) de Romeo Santos al público en uno de sus conciertos, en agosto de 2016, cuando se presentó en Hard Rock Hotel Punta Cana.

Romeo Santos estaba que echaba chispas. Cuando comenzó su concierto pensó se iba a encontrar con una eufórica multitud capaz de rendirle todos los vítores propios de un rey como él. Sin embargo, sucedió lo inesperado: se topó de frente con un témpano humano de hielo, nada que ver con el abrasante calor que había recibido anteriormente en el Estadio Olímpico.

Lo más reciente

El más reciente caso fue la pasada actuación de Marc Anthony, en el Estadio Olímpico Félix Sánchez, donde el salsero puertorriqueño no dejó del todo satisfecho al público asistente.

Para empezar, solo interpretó 12 canciones que llevó a muchos hasta calcular a cuánto costó cada tema, sobre todo para los que pagaron hasta 31,000 pesos. A esto se agregaron los baches de luces y prolongada ejecución de instrumentos de los músicos de su orquesta.

El estadio se acomodó para recibir a 15 mil personas, que si bien la mayoría disfrutó la actuación de Marc Anthony, otros tantos se sintieron decepcionados, por lo que en redes sociales se publicaron críticas hacia él.

Esa misma actitud había asumido Mac Anthony, en septiembre del 2019, cuando en el campo de golf de Hard Rock Hotel, Punta Cana, decidió cantar solo 11 canciones y dejar a la gente con el deseo de seguir disfrutándolo.

Ese día, el público se encontraba muy sensible, ya que en horas de la mañana había fallecido el artista mexicano José José, y se esperaba unas palabras de parte de Marc Anthony para el astro fallecido, y esto tampoco sucedió. El pesar de la gente fue unánime.

Figuras

Hace unos 22 años, Miguel Bosé, durante su tour “Girados”, se presentó en la Fortaleza Ozama.

Delante había un reducido grupo que aplaudía con pocas ganas, mientras el gran público estaba más atrás y con más ganas.

El mismo artista español mandó al gentío a saltarse las vallas y cruzar más adelante. “Los que están allá atrás vengan para acá adelante”, manifestó y ni la seguridad pudo evitarlo.

“Ahora esto sí parece un concierto”, expresó Bosé minutos después.

El desconcierto que en cierto momento se lleva el público de un artista, o éste de sus seguidores, es casi siempre registrado por la prensa y más en estos tiempos de gran incidencia de las redes sociales.

Un incidente memorable fue el protagonizado por el músico argentino Fito Páez, cuando en junio del 2011 se enfrentó a los asistentes en Hard Rock Café de Santo Domingo.

La crónica de este diario recuerda que el intérprete de “Un vestido y un amor” no dejó complacidos a los asistentes y él tampoco salió satisfecho con la respuesta del público (sobre todo por la “bulla” en el lugar).

“Su enfado era tan obvio que en un momento del concierto Fito dio la espalda al piano e hizo mímica de que conversaba con otra persona para llamar la atención de los presentes con respecto a la francachela en el sitio, que, al parecer, él esperaba fuera como un teatro sin comida ni bebidas y todos sentados, tranquilos, rendidos ante su música”, publicó Listín Diario en 2011.

También se señaló que pidió que apagaran el aire acondicionado para no afectar su garganta. El calor irritó más a los asistentes.

Una situación similar había sucedido con Pedro Guerra, en diciembre del 2010, al cantar en el mismo recinto.

El cantautor español escribió en su blog personal: “Qué decir. República Dominicana significa mis comienzos en América. Hace 11 años fui por primera vez y nunca lo olvido. Cuánta gente. Qué sorpresa. Desde entonces, no faltamos a la cita. Esta vez, actué en el Hard Rock Café de Santo Domingo y de Punta Cana. No hubo silencio. No hubo calma. No hubo conexión. Era imposible hablar y difícil cantar. Algo falló. No lo pasé bien. Me dio pena. Volveremos. Seguro. Y espero entonces, que podamos encontrarnos y cantar juntos pero calmados, como otras veces”.

Antes de adquirir la nacionalidad dominicana, el cantaor español Diego “El Cigala” dejó abruptamente el escenario del Teatro la Fiesta del hotel Jaragua, cuando se percató que el público se distraía mientras comía y tomaba alcohol durante su presentación, en junio del 2010.

El Cigala solo había interpretado 12 canciones, cuando molesto, decidió ponerle punto final a su actuación. Ya en el escenario expresó que la gente no le ponía atención a su canto, mientras comía y tomaba distraídamente.

“Luego de apenas una docena de canciones, el artista español desapareció del escenario para no regresar, dejando a una audiencia que había pagado entradas de hasta cinco mil pesos... Según se supo minutos más tarde, Diego Ramón Jiménez Salazar, verdadero nombre del cantante, no quedó satisfecho con la respuesta del público a su oferta musical, ya que entendía que estaban bebiendo y comiendo en lugar de disfrutar de sus canciones”.

La prensa reportó que el disgusto y el desconcierto se apreciaban en los rostros de los presentes.

El cantautor español Joaquín Sabina también tuvo lo suyo con el público dominicano, y sucedió en 2009 en el Palacio de los Deportes, Virgilio Travieso Soto, en donde la acústica no siempre está en su óptimas condiciones. Sabina se mostró visiblemente molesto e incluso hubo un momento que le reclamó a una señora porque esta le estaba tomando fotografías.

En otros países varios artistas han enfrentado sinsabores con su público. Entre ellos figuran el mexicano Luis Miguel o el español Enrique Iglesias.

Otro de los casos más recientes lo vivió Christian Nodal. En junio del presente año, el mexicano fue abucheado por sus largos discursos durante un concierto en Colombia. El público colombiano pedía al músico que pare sus constantes intervenciones entre canción y canción y se abocara a cantar.

En 2018, Luis Miguel fue abucheado en un concierto en México porque se ausentó en varias ocasiones del escenario, empezó su 'show' con media hora de retraso y dejando las canciones a medias. El público se la cobró.

Amy Winehouse. La última presentación de la artista inglesa Amy Winehouse será recordada por siempre cuando se presentó en Belgrado, Serbia, (2011).

Según relatan distintos medios, la artista tenía problemas para cantar y era “incapaz de hablar correctamente”.

Además, no recordaba en qué ciudad , olvidaba las letras de las canciones y no podía sostenerse de pies.

Unos días después fue encontrada en su apartamento, muerta por una sobredosis de alcohol.

Caso histórico. En los años 80, el empresario artístico Luis Medrano trajo al país a La Toya Jackson para presentarla en un hotel de Puerto Plata, en una tarima al aire libre, pero un fuerte aguacero obligó a que el espectáculo se diera dentro del recinto.

Es la única de los Jackson que vino al país a actuar, porque su hermano Michael cuando vino fue a casarse al vapor con Lisa Marie Presley en la ciudad de La Vega, en 1994.