reportaje
Anatalia Paulino clamó a Dios por la salud de Marileidy, hoy disfruta de sus éxitos
La madre expresa al Listín Diario lo nerviosa que se pone y el cosquilleo que siente en su corazón las veces que su hija registra una carrera trascendental
Anatalia Paulino clamó muchas veces a Dios por la salud de su hija Marileidy, a quien hoy, “con los nervios de punta”, ve triunfar carrera tras carrera en el atletismo mundial.
Y la del pasado miércoles no fue la excepción, los nervios las traicionaban, más cuando la quinta de sus seis hijos, le repetía previo a la competencia, una y otra vez, que anhelaba ganar la misma.
“Observo maripositas y siento cosquilleos en el corazón, pero confío en Dios y trato de sacar fuerzas para presenciar la carrera y ver a mi hija salir nuevamente con el triunfo”, señala la espigada madre, quien de joven también era una magnífica corredora a nivel escolar.
Durante el trayecto de la competencia, su nieta Claudette es quien brinda las primeras señales de que su tía va al frente de la carrera, siendo la primera que festeja el logro alcanzado.
“Tras producirse el final todos brincamos y festejamos esta nueva conquista, por momentos se nos había olvidado que estábamos ante la presencia de la tormenta” agregó Anatalia, tras recibir en su nuevo hogar al Listín Diario.
“Ese era su gran sueño, ganar un Mundial de Atletismo y gracias a Dios que lo logró, mi hija soñaba con ver cumplir ese momento”, relata la madre sobre este nuevo éxito de Marileidy en los 400 metros lisos.
Anatalia con el transcurrir de los desempeño de su hija se va convirtiendo en una experta presenciando las carreras y con mucha franqueza exclama que cuando la vio que tomó las curvas dijo nadie le dará alcance.
“Cuando la ví delante en las curvas en ese momento se me fueron bajando los nervios y fue comenzando la alegría”, sostiene sobre el desempeño de la Dominicana, quien realizó tiempo de 48.76.
Este mismo parecer brinda su hermano Edwin Paulino, el mayor de todos, quien desde su celular iba aupando el desempeño de Marileidy.
Para entonces recordar. “Marileidy fue criada comiendo pescado y corriendo en la playa, tenía que salir buena”, expresa sobre su hermana, una ganadora desde su época escolar.
“Llenó la casa de diplomas y trofeos, los ganaba todos”, señala. Su madre posó con algunos de los que ella ha dejado en el hogar, en el que los Paulinos tienen cuatro meses residiendo, tras una construcción realizada por la atleta.
Justo al lado figura un solar vacío de unos 500 metros a espera de ver cumplir una promesa que le realizara la empresa GTB Radiodifusores que preside Bienvenido Rodríguez luego que Marileidy conquistara dos medallas de plata en los Juegos Olímpicos Tokio 2020.
Llamada después de la carrera
Esta se produjo casi 25 minutos después. “La felicité, le tiré besos aunque hayan sido por la vía telefónica y le dije que Dios estará con ella siempre”, sostuvo
La de Tokio, la mayores nervios
Anatalia no lo piensa mucho y confiesa que la prueba de Tokio en los Olímpicos ha sido la que más nerviosa le ha puesto. “si lugar a dudas esta es la que mas nerviosa me ha puesto.
“Ni quería verla, pues vi que venía muy detrás y en ese momento me dijeron que no me preocupara que alcanzar una plata en unos Olímpicos es casi como un oro”, señala.
Una protegida de Dios
Hubo un episodio durante su niñez que Marileidy estuvo mal con un percance de salud, permaneció varios días interna en el hospital de Baní.
Un rápido pensamiento de su madre, quien optó por sacarla del hospital y trasladarla al Robert Read Cabral en Santo Domingo impidió que ocurriera algo peor.
“Clamé mucho a Dios, en un momento estaba muy detrás en una fila y la niña se me desgonzó en los brazos, una doctora me la quitó, la brincó y ahí volvió en si” recuerda la dama, quien temió por el futuro de su hija.
Hoy Anatalia, aunque con el corazón en las manos, disfruta a plenitud los logros que acumula su hija en el Atletismo.