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Adiós al más completo

Willie Mays fue el primer real jugador de “cinco herramientas”, el mejor jardinero central en la historia y probablemente la combinación ideal de poder, velocidad y defensa que se ha visto en el béisbol. Con su fallecimiento esta semana a los 93 años, dejó de existir uno de los iconos más importantes del pasatiempo.

Nacido en 1931, tuvo la buena fortuna de iniciar su carrera profesional justo en la época en que Jackie Robinson rompió la barrera racial. Con apenas 17 años, hizo su debut con el equipo Birmingham Red Barons de las Ligas Negras. Los Gigantes de New York eventualmente compraron su contrato en 1950 y el resto es historia.

En 22 temporadas en MLB, sumó 660 cuadrangulares, remolcó 1,903 carreras, anotó 2,062, pegó 3,283 hits y robó 338 bases. Sus promedios fueron .302/.384/.557. De acuerdo a Baseball Reference, acumuló un WAR de 156.2, quinto mejor de todos los tiempos.

Pese a perder cerca de dos temporadas completas por la Guerra de Corea, participó en 24 Juegos de Estrellas (durante una época se celebraban dos en cada temporada), fue Novato del Año en 1951, obtuvo dos premios de Jugador Más Valioso y acumuló 12 Guantes de Oro. Es importante mencionar que este último galardón se comenzó a entregar en 1957, cuando Mays tenía años establecido como el mejor jardinero en MLB.

Su jugada icónica ocurrió en el primer juego de la Serie Mundial de 1954, cuando “degolló” lo que parecía un seguro extrabase del inicialista de Cleveland Vic Wertz. Mays corrió desesperadamente de espaldas al público, capturando la pelota de “canasta”. El momento es es recordado sencillamente como “La Atrapada”.

Se puede decir que el hecho de jugar casi 900 partidos en el Candlestick Park, entorno ofensivo inhóspito, le robó a Mays una significativa cantidad de cuadrangulares.

En el caso de sus bases robadas, recordemos que en la época en que el jardinero estaba activo, se robaba principalmente en situaciones donde el equipo tenía la necesidad. No dudamos que, jugando en décadas recientes, 50 estafas por temporada durante su apogeo hubiera sido un logro tangible, considerando su habilidad atlética.

La consistente excelencia del “Say Hey Kid” se demuestra con el hecho de que fue JMV a los 24 y 34 años, pegó más de 50 cuadrangulares en 1955 y 1965 y jugó 150 o más partidos en 13 campañas sucesivas entre 1954 y 1966. En ese lapso, terminó por lo menos entre los primeros seis jugadores en las votaciones del premio de Más Valioso en 12 ocasiones.

Definitivamente, grande entre los grandes.

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