¿Un paso en falso?

La aprobación del acuerdo de límites marítimos entre la República Dominicana y el Reino de los Países Bajos, ha desatado una legítima y justificada preocupación nacional.

Este acuerdo, que establece la delimitación en el mar Caribe con las Antillas Holandesas, enfrenta críticas por considerarse una posible amenaza a la soberanía nacional.

El Tribunal Constitucional, que lo consideró ajustado a la Carta Magna, no fue unánime en su fallo.

Cuatro magistrados emitieron votos disidentes, considerando el acuerdo desfavorable para los intereses marítimos nacionales.

Con esta concesión, muchos temen que la posición del país en la defensa de su espacio marítimo y su soberanía territorial quede debilitada, lo que podría incidir en futuros acuerdos que sean aún menos favorables para nuestros intereses.

Esta es una cuestión que merece una discusión profunda y consensuada en el Congreso, con una evaluación detallada de los riesgos y beneficios.

La Constitución es clara en cuanto a la protección de nuestra soberanía, y el Congreso tiene ahora la responsabilidad de examinar meticulosamente si este acuerdo realmente cumple con esa disposición.

Este acuerdo debe analizarse no solo desde una perspectiva legal, sino también desde una óptica de seguridad nacional y geopolítica que considere las consecuencias de ceder espacio a potencias extranjeras en áreas estratégicas.

La ratificación legislativa de este acuerdo, tal como algunos lo ven, podría constituir un “paso en falso” que erosione la autonomía del país en un ámbito vital como lo es su mar territorial.

Es el momento de actuar con cautela y prudencia, asegurando que cualquier decisión sobre este tema refleje los intereses supremos del país y mantenga intacto el principio de soberanía que tanto ha costado preservar.