Reflexiones del director
Espectadores, más que lectores
De un ecosistema dominado por lectores de diarios y libros, hemos migrado a otro en el que la audiencia la forman, sobre todo, espectadores.
Caí en la cuenta de esta poderosa transición al escuchar a Marty Baron, exdirector del Washington Post, definir el perfil de la nueva generación de consumidores de contenidos, tanto textuales como audiovisuales, durante su reciente exposición en la 80 Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Córdoba, Argentina.
Esta es la realidad de nuestro tiempo.
Hoy son más los espectadores que los lectores, una masa bastante homogénea que prefiere consumir información en formatos visuales o de audio, creando una tangente para no quedar “atrapados” en las pantallas leyendo textos.
Mientras que quienes leen un texto en un periódico o libro se ven obligados a concentrarse exclusivamente en ese contenido, los espectadores pueden ver o escuchar noticias, disfrutar de audiolibros y, al mismo tiempo, realizar otras actividades.
Esta preferencia sutil revela una de las fuerzas que empujan las nuevas formas de hacer periodismo y literatura.
No sorprende, entonces, que los medios hayan volcado su atención a formatos de podcast, videos y transmisiones en vivo.
Los reportes anuales del Instituto Reuters dan fe de esta tendencia: en varios países, más del 40% de los usuarios consumen noticias en plataformas de video, mientras que el 34% de la audiencia prefiere podcasts, y este porcentaje sigue creciendo cada año.
La Inteligencia Artificial, además, ha impulsado esta migración, permitiendo a los medios personalizar contenidos y mejorar la calidad de las experiencias audiovisuales de una manera que el texto escrito no puede igualar.
Es esta adaptación de los medios a un formato “más visual, más sonoro” la que está renovando el periodismo.
El ecosistema digital no solo amplía la oferta, sino que también diversifica la manera en que las audiencias se relacionan con la información.
Gracias a la IA, que permite una adaptación rápida y precisa de los contenidos a los gustos individuales, el periodismo se ha vuelto más accesible y personalizado, logrando un alcance que sobrepasa al de las tradicionales columnas de opinión o reportajes impresos.
Para los medios, adaptarse a estos nuevos formatos no es una opción sino una necesidad.
La migración de la lectura al “visionado” refleja un cambio profundo en los hábitos de consumo de información, una transformación que aún estamos intentando comprender en toda su magnitud.
Pero una cosa es clara: hoy los consumidores de contenido prefieren ser espectadores más que lectores.
Así, el desafío para el periodismo tradicional no solo es la competencia con plataformas de streaming o redes sociales, sino el imperativo de integrar estos cambios para seguir siendo relevante.