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Un Código cocinado al vapor

El proyecto de nuevo Código Penal, apresuradamente aprobado por el Senado y pendiente de votación en la Cámara de Diputados, ha caído como una bomba en la sociedad dominicana.

La ha dividido en dos frentes, uno de apoyo parcial y otro de amplio rechazo a varias de sus disposiciones, lo que lo convierte en una pieza controversial.

Hasta entidades del mismo gobierno cuyos senadores levantaron sus manos para aprobarlo, han disentido de su contenido.

El Gabinete de Niñez y Adolescencia, el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI), Plan International y el Ministerio de la Mujer, han dicho que algunos de sus artículos representan un retroceso en la protección de los derechos humanos.

El GANA y el CONANI señalan que varios de ellos vulneran la Ley 136-03 (Código del Menor) y la Ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar, así como compromisos internacionales asumidos por el país en la Convención de los Derechos del Niño.

La exclusión de la violación e incesto entre los crímenes imprescriptibles y la permisividad hacia la violencia intrafamiliar bajo el pretexto de corrección y disciplina a los hijos, son ejemplos alarmantes de estas preocupaciones.

Plan International advierte que las disposiciones del proyecto podrían aumentar la desprotección de mujeres, niños y adolescentes, normalizando el maltrato y perpetuando prácticas culturales dañinas.

De igual forma, el Ministerio de la Mujer destaca que, aunque hay avances como la tipificación del feminicidio, se eliminan agravantes en casos de acoso y violencia contra la mujer, lo que dificulta la imposición de sanciones proporcionales.

La sociedad dominicana no puede permitirse una legislación que, en lugar de avanzar en la protección de los derechos humanos, retroceda y deje sin protección a los sectores más vulnerables.

La elaboración de un Código Penal es una tarea de suma importancia que requiere un amplio consenso social y una deliberación exhaustiva.

Hacemos un llamado a los diputados a no apresurar la aprobación de este proyecto sin las debidas correcciones.

La prisa no puede suplantar la razón.

El país lleva 20 años discutiendo esta reforma, pero no podemos permitir que se cocine al vapor un código tan trascendente.

Un Código Penal debidamente consensuado y alineado con los principios de derechos humanos y las normativas internacionales, es esencial para construir una sociedad más justa y equitativa.

LISTÍN DIARIO exhorta a los diputados a actuar con responsabilidad y a buscar un consenso amplio que refleje el compromiso del país con los derechos humanos y la justicia.