Penosa muestra de ineptitud

Es increíble que el Edificio de Oficinas Gubernamentales de La Vega esté operando, desde hace años, en medio de precarias condiciones y deterioro físico.

Allí funcionan oficinas de los ministerios de Educación y de Salud Pública, así como de Pasaportes e Impuestos Internos.

Esa sola concentración de agencias importantes del gobierno atrae, como es lógico, un apreciable flujo diario de ciudadanos en busca de servicios.

Pero no dispone de baños para los usuarios, adolece de filtraciones en distintos pisos, carece de puertas de cristal en sus partes traseras y delanteras y, para rematar, hay suciedad, moho y hasta heces fecales en ventanas y paredes.

Es difícil imaginar que una sede de oficinas gubernamentales se parezca más a un lugar cochino, a una jaula de animales, y no a un centro de servicios en el que operan entidades con altísimos presupuestos.

Es un descuido imperdonable del que ninguna autoridad asume responsabilidad.

Urge que una brigada especializada de ingenieros y obreros intervenga ese edificio, conocido como “El Huacalito”, para que proceda a su limpieza y reparación total.

Las deficiencias de mantenimiento de los bienes patrimoniales del Estado constituyen uno de nuestros males ancestrales.

Eso es lo que explica, aunque no justifica, que el moderno Instituto del Cáncer, de Santo Domingo, lleve un año con su tomógrafo dañado y todavía no haya sido reparado o reemplazado.