Protocolo policial espantoso
El pasado fin de semana la sociedad dominicana reaccionó con espanto y condenó el atropello policial al que fue sometido un ciudadano que se paseaba pacíficamente exhibiendo un cartel en San José de Ocoa.
El hombre trataba de llamar la atención del presidente Luis Abinader, que pasaría por allí horas después en actividades políticas, sobre la gran cantidad de enfermedades mentales y cancerosas en Ocoa.
Quien hacía el llamado de atención se define como un médico de 40 años de ejercicio, especializado en Estados Unidos, precisamente en áreas de psiquiatría.
Su marcha en solitario fue atacada por policías y supuestos agentes de la DNI, que lo estrellaron al pavimento, lo golpearon, lo lanzaron a la cajuela de una camioneta y lo llevaron a la cárcel.
Su testimonio al Listín Diario y a los medios que tuvieron el interés en entrevistarlo es de horror: fue introducido esposado a una celda y sus custodios conminaron a los otros presos a golpearlo.
Como es natural, los presos cumplieron el pedido y lo majaron a golpes.
El caso del doctor Wazar Gómez tiene dos vertientes muy peligrosas.
La primera, es que estaba haciendo uso de un derecho constitucional a la protesta pacífica y la Policía violó la ley y la Constitución al arrestarlo, golpearlo y encerrarlo.
La segunda es que se está volviendo un ‘protocolo’ de policías golpear a ciudadanos en plena calle aunque estén siendo filmados y luego encerrarlos junto a presos sugestionados para que lo sigan torturando.
El irrespeto a la protesta pacífica y las prácticas directas e indirectas de tortura policial, son inaceptables en un Estado Social y Democrático de Derecho.