Para que no pierdan más clases
Centenares de niños de barrios inundados por las lluvias y desbordes de cañadas no han podido volver a clases después del temporal.
No tienen uniformes ni útiles escolares porque las corrientes se llevaron muebles y otros objetos, o los dejaron inservibles.
Entre estos figuran las ropas, escolares o no, de los estudiantes, así como libros, mochilas y cuadernos.
Se necesita, desde ya, un rápido y amplio operativo de reabastecimiento de uniformes, zapatos, libros y otros utensilios a favor de ellos.
Muchas de las escuelas a las que asisten quedaron afectadas por las lluvias y ventiscas y gradualmente vuelven a la normalidad. Pero los niños siguen ausentes.
El Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil ha comenzado a distribuir kits en algunos barrios de Santo Domingo Oeste, pero en un recorrido de periodistas del Listín por otros municipios de la gran urbe algunas familias dijeron que no han sido favorecidas en el reparto.
Las autoridades educativas no deben escatimar ninguna inversión de tiempo y de recursos para que este operativo se realice con mayor celeridad y cobertura.
En verdad, las familias pobres de los sectores vulnerables perdieron mucho de lo poco que tienen, y las posibilidades de lograr ingresos para comprar comida, reparar muebles y satisfacer necesidades elementales han menguado con este fenómeno.
Así que, en el esfuerzo de rescate, también es indispensable asegurarles a esos niños y adolescentes el desayuno y el almuerzo escolar tan pronto retornen a las aulas.