editorial
Cortar las garras de esas mafias
Las mafias han llegado muy lejos penetrando profundamente en los estamentos que custodian la seguridad jurídica del país.
Hace poco, se conoció el insólito escándalo que implicaba a varios fiscales y empleados de instituciones públicas en la borradura de fichas criminales.
La mano negra de esa mafia se extendía también a otros ilícitos, como la de hacer desaparecer expedientes para “limpiar” los prontuarios delictivos.
Pero el país también ha visto, con repugnancia, como se han articulado para realizar “trueques” con deudas del Estado por más de 17,000 millones de pesos.
Ahora salen a relucir las audaces maniobras que se han realizado subrepticiamente para “eliminar” a los auténticos accionistas de empresas y apoderarse de sus capitales, de sus inmuebles y otros activos.
En esas operaciones fraudulentas intervienen, sin dudas, personas vinculadas al aparato judicial, a la jurisdicción inmobiliaria, al registro de títulos de empresas y propiedades; todo un entramado voraz, poderoso y evidentemente bien apalancado.
Sus garras, largas y filosas, están rasgando las bases de la seguridad jurídica y el clima de confianza que necesitan los inversionistas, locales o extranjeros, para poner sus dineros en obras de desarrollo.
El gobierno dominicano no puede permitir que se le derrumbe ese pilar del crecimiento económico, por culpa de unos audaces mafiosos que falsifican, adulteran o borran documentos de propiedad para “legitimarlos” y usurparlos a su favor, en complicidad con corruptos agazapados en distintas instancias del Estado.