Heroínas de alto valor

Las bomberas de San Cristóbal acaban de dar una muestra de que cuando los dominicanos necesitan aliento y esperanza, hay fibras de sobra para elevarse.

Con un trabajo incansable contra el fuego, el humo, los escombros y otros peligros, estas mujeres se entregaron fieramente a apagar las llamas y recuperar cuerpos calcinados.

Aunque son madres, esposas o hijas con obligaciones familiares particulares, las bomberas de San Cristóbal colocaron su deber por encima de sus necesidades inmediatas.

Mostraron, fehacientemente, una inagotable vocación de servicio por su pueblo, digna de emular por las nuevas generaciones a las que les corresponderá lidiar con siniestros similares o peores que el del pasado lunes.

Estas valientes mujeres que, en su mayoría, son bomberas voluntarias que comparten las tareas con hombres, ya inscribieron sus nombres entre las heroínas de San Cristóbal.

Esperamos que el Estado se consagre a encarar las penurias que sufren los bomberos en todo el país para que en el futuro inmediato dispongamos de cuerpos profesionales y diestros en su labor.

Igualmente, es urgente adquirir equipos modernos para facilitar la tarea de extinguir incendios urbanos y rurales, porque por más prevención que se haga, el mundo está mostrando que estos fenómenos ya son globales.

Que el ejemplo de las bomberas de San Cristóbal motive a la sociedad a asumir el deber ciudadano como un compromiso moral y el gobierno eleve la calidad y el equipamiento de los Cuerpos de Bomberos.