editorial

Fentanilo: la verdad resplandece

Cada vez aparecen más evidencias irrefutables de que en el país operaban (u operan) laboratorios clandestinos dedicados a la fabricación y comercialización de la letal droga fentanilo.

Desde el 2014 hasta el 2020, miembros de la Agencia Antinarcóticos de los Estados Unidos han capturado y logrado la extradición de varios dominicanos implicados en el ilícito negocio.

Los descubrieron y los arrestaron en redadas en el país y en ciudades de los Estados Unidos y ya algunos de ellos han sido condenados a penas de prisión por ese grave delito.

En los operativos de interdicción y clausura de los laboratorios instalados en Santiago y otras zonas del norte del país, desde el 2014 hasta un par de años atrás, han participado agentes antidrogas dominicanos.

Para robustecer aún más la veracidad de la existencia del entramado de fabricación y comercialización del fentanilo en el país, los directivos de Hogares Crea y Casa Abierta, las dos entidades dedicadas a la rehabilitación de drogadictos, han admitido tener pacientes que consumieron el mortal alucinógeno.

Con el testimonio directo dado por algunos de ellos al LISTIN DIARIO confesando su adicción y señalando, inclusive, lugares de la capital donde el fentanilo se vende como pan caliente, no quedan dudas de que sobre la juventud dominicana gravita una peligrosa amenaza.

Porque en la medida en que el fentanilo, por su precio asequible y por la potencia de sus efectos logre su masificación en el país, en esa medida la sociedad se expone a lidiar con una ominosa epidemia que ya ha causado millares de muertes de jóvenes en los Estados Unidos.

Pese a los contundentes y documentados casos que prueban un criminal nexo entre los carteles mexicanos y sicarios locales en este jugoso negocio, todavía las autoridades dominicanas alegan no tener evidencias de ello.

Mala cosa esta que frente a una conspiración contra la salud y la vida, nuestras autoridades parezcan estar ajenas o desconocedoras de lo que ha venido pasando desde el 2014.

Entonces, tendremos que agradecerles sólo a la DEA todo lo que ha hecho para desmantelar estas mafias y, por vía de consecuencias, proteger o alejar a los jóvenes dominicanos de esos peligros, cuando tal responsabilidad le cabe primordial e irrenunciablemente al Estado dominicano.