No más demoras ante este drama
Solo quienes sufren los efectos incapacitantes de las enfermedades terminales, pacientes y familiares, calibran el drama humano de los centenares de presos en esas condiciones.
A estos, en gran número adultos mayores que ya han agotado muchos años en prisión, es que por humanidad les corresponde ser favorecidos con la prisión domiciliaria.
O, en su defecto, según la gravedad del caso y los previsibles desenlaces que se derivan de enfermedades catastróficas, un indulto presidencial.
Cuando el LISTÍN DIARIO pone su atención en los presos que caen dentro de esta categoría, se refiere a más de 800 personas que, de hecho, ya están condenadas a muerte o a vivir el resto de sus días en absoluta discapacidad mental o invalidez.
Concomitantemente con este tipo de reclusos, el drama penitenciario se agrava también con aquellos que ya han cumplido sus penas pero por distintas razones, entre ellas la mora judicial, no pueden disfrutar su libertad.
El debate de estos asuntos llega en el momento oportuno, pues cada día las cárceles dominicanas profundizan el estado de hacinamiento en que se encuentran por una sobrepoblación de privados de libertad.
Este drama, en su conjunto, constituye uno de los retos más fuertes que tiene el sistema y el ministerio público, y no se justifican más demoras en abordarlo con todos sus matices.
Urgen las soluciones reales y, mientras llegan, el LISTÍN DIARIO no desmayará en reclamarlas.