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editorial

¡Eso es justicia!

El 6 de junio de 2022 el ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, cayó asesinado por un allegado familiar y político que entró armado a su oficina.

El crimen consternó a la sociedad porque siendo un ministro en ejercicio, mostró las vulnerabilidades a que se exponen los funcionarios cuando se relajan las normas de seguridad.

Un tribunal acaba de imponer 30 años de cárcel al confeso asesino de Jorge Mera.

La sentencia llega diez meses después del asesinato, lo que pone de manifiesto el desempeño profesional de fiscales y jueces, en este caso.

Es, sin exagerar, una justa sentencia dictada en derecho, pero sobre todo, en tiempo récord.

Lo aleccionador de la condena es que el asesino fue sentenciado antes de que el crimen quedara en el olvido o se registraran nuevas atrocidades de esa magnitud.

El Listín Diario quisiera creer que fiscales y jueces mantendrán ese ritmo de consagración a su deber para imponer justicia en todos los casos de crímenes, latrocinios y desfalcos.

¿Tenemos razón para pensar que cientos de feminicidios, asesinatos múltiples, crímenes horrendos bajo torturas en destacamentos, robos al erario, entre otros, serán sentenciados al mismo ritmo?

Este caso en justicia, al igual que la rápida investigación y arresto de los asesinos del niño Gioser Feliz Camilo, durante un asalto en Santiago, muestran que cuando hay interés, jueces y policías hacen su trabajo.

En la mayoría de los crímenes que se cometen en el país, los asesinos actúan convencidos de que la justicia es tan vulnerable, que difícilmente tengan que pagar la condena que estipula la ley.

Se ha hecho justicia frente al alevoso asesinato de Orlando. Falta esa buena diligencia para condenar a todos los criminales, aunque sus víctimas no sean ministros.

Si hablamos de justicia, su mejor traducción es que se proceda igual con todos, pero esencialmente, sin demora.