Hospitales móviles ante la emergencia
Usar hospitales móviles o de campaña, como las que despliegan los militares en tiempos excepcionales, debería constituir una respuesta a la avalancha de pacientes con síntomas de dengue hacia los dos principales centros pediátricos del país.
Tanto el hospital infantil Arturo Grullón, de Santiago, como el Robert Reid Cabral, de la capital, han sido desbordados en las últimas semanas por el creciente flujo de pacientes en estado febril.
Al Arturo Grullón llegan los pacientes referidos desde las 14 provincias del Cibao, con la agravante de que la epidemia coincide con trabajos de remodelación que llevan dos años y que han limitado el uso de sus salas de cirugía e internamientos.
La situación es tan crítica que las más altas autoridades del sistema de salud pública, acompañadas del ministro Administrativo de la Presidencia, debieron apersonarse ayer para tratar de resolver el penoso estado de hacinamiento de cuatro y cinco niños en una misma cama.
Como el país no dispone todavía del número de centros de atención primaria que pueden tratar estos casos sin que los hospitales generales se congestionen, hay que apelar a fórmulas prácticas para remediar el actual desbordamiento.
Los hospitales móviles o de campaña pueden habilitarse en esta situación de emergencia, utilizando incluso médicos militares y personal de apoyo dada la gravedad de la epidemia del dengue en el país.