El éxito de una operación conjunta
La captura de los fugitivos José Figueroa Agosto y Sobeida Félix Morel ha constituido una resonante victoria de la cooperación de las autoridades de Puerto Rico y República Dominicana en su sostenida pero incomprendida lucha contra el narcotráfico. A raíz de haber escapado a una persecución en Santo Domingo hace diez meses, las policías y otras agencias de los dos países abrieron un puente de comunicación y de intercambio de datos de inteligencia que les permitieron actuar coordinadamente en los planes de búsqueda y captura. Ese mismo nivel de cooperación con otras policías de América Latina fue el que permitió, par de meses atrás, el arresto de uno de los hombres claves de la red de Figueroa Agosto, el nombrado Ramón Antonio del Rosario Puente, alias Toño Leña, mientras pretendía esconderse en México. El intercambio de información también ha dado lugar a que otros miembros de la red de narcotráfico y lavado establecida por Figueroa Agosto durante una década hayan caído en manos de las autoridades de ambos países, infligiéndoles así golpes severos que gradualmente han ido desintegrando o desbandando dicho cártel. En el caso del operativo exitoso para detener a Figueroa Agosto, esa cooperación alcanzó su máxima intensidad al conocer las autoridades dominicanas, un día antes, todo el operativo que se estaba preparando al haber sido ubicado el fugitivo. Tan pronto se dio la captura, el jefe de la Policía de Puerto Rico, que vino varias veces al país en esas gestiones, comunicó a su colega dominicano el éxito de la operación. Las visitas secretas que se hicieron mutuamente las principales autoridades policiales y antidrogas crearon un ambiente de trabajo conjunto que el propio gobernador de Puerto Rico, Luis Fortuño, alentó y apoyó. Ayer hizo un reconocimiento público de esa cooperación dominicana, que ha resultado decisiva en las demás operaciones exitosas contra los narcos que operan en ambos países.