La gran amenaza
Estamos claros de que la gran amenaza que gravita sobre nuestra sociedad hoy es el narcotráfico. Y no vacilamos en demandar cualquier inversión en tecnologías, equipamientos y reforzamiento de los recursos humanos que deben de lidiar directamente con ese problema. Por eso apoyamos la compra de los aviones Tucanos y de radares detectores de aviones y lanchas, así como de cualquier otra tecnología moderna que ayude a nuestros cuerpos armados y de seguridad a prevenir la introducción de drogas y a combatir su extendido consumo entre nuestra población. Lo que está en juego, cuando se carecen de estas estructuras, es el imperio de la autoridad, la institucionalidad y la integridad del Estado mismo, que fácilmente sucumben frente al poderío de los narcos y frente al envilecimiento progresivo de valores y normas que hasta ahora garantizan la protección y la seguridad ciudadana ante tal horizonte de descalabro social. No se concibe que, conociendo de antemano las trazas de aviones que se dirigen todos los días con sus cargamentos de drogas, las autoridades estén con las manos atadas para actuar porque carecen de equipos que contrarresten ese bombardeo masivo e impune. La lucha frontal contra el narcotráfico, que ha declarado con firmeza el Gobierno, no debe detenerse jamás. No puede haber apañamiento de capos o cómplices, sean civiles o militares, dominicanos o extranjeros, ni puede permitirse ningún asomo o práctica real de contubernio, desde las esferas públicas, con una actividad que ha maleado ya a muchos sectores poniendo en peligro el futuro de nuestra nación, así de sencillo y dramático.