ONGs piden a Salud Pública intervenir barcazas del Ozama
Representantes de cuatro diferentes organizaciones no gubernamentales (ONGs) reclamaron frente a las inmediaciones del Ministerio de Salud Pública para que se investigue en torno a las enfermedades que podrían estar generando las barcazas de generación eléctrica apostadas en el río Ozama, y de las que dicen son víctimas las personas que viven a su alrededor.
Enfermedades cardiovasculares, respiratorias y auditivas, son tres de las principales señaladas por las organizaciones, cuyos representantes indican que son provocadas por las dos barcazas de generación eléctrica que operan en las profundidades del caudal.
El Programa de Acción Comunitaria por el Medio Ambiente (PACMA), la Comisión Ambiental de Esperanza por el Ozama, la Red Nacional de Resistencia y por la Remediación del Daño Ambiental, el Instituto de Abogados para la Protección del Medio Ambiente (Insaproma), la Central de Trabajadores Unificados (CTU) y el Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático, depositaron una instancia ante MSP solicitando la realización de una exhaustiva investigación médica para establecer la magnitud de los daños a la salud que provocan las barcazas.
El director ejecutivo de Insaproma, Euren Cuevas, afirmó que los residentes de los sectores Calero, Pueblo Nuevo y Maquiteria, en Villa Duarte; Los Guandules, Las Cañitas, La Nueva Barquita y la Ciudad Colonial, son los mayoritariamente afectados por ruidos, vibraciones y la expulsión del humo que las plantas generan.
Las barcazas pertenecen a la empresa Seabord Transcontinental, y estas generan energía que inyectan al sistema eléctrico.
Sobre el estudio Las entidades depositaron ante el Ministerio de Salud Pública un informe realizado por la Environmental Law Alliance Worldwide (Alianza Mundial de Derecho Ambiental, ELAW, en inglés), el cual refiere la presencia de contaminantes del aire en la zona donde operan las barcazas.
Dicho informe menciona, además, que las emisiones de óxidos de azufre forman partículas contaminantes que alteran el desarrollo de la función pulmonar en los niños y contribuye al deterioro de la función pulmonar en los adultos; causa y agrava el asma y enfermedades cardiovasculares.
“Este estudio revela que esas plantas están contaminando 15 veces más o por encima de lo que estipulan las normas para un generador de esta misma capacidad. Y están provocando asma, enfermedades cardíacas, de la piel e insomnio, enfermedades nerviosas por las vibraciones. Esas plantas están colocadas ahí de manera ilegal porque la Ley 64-00 lo prohíbe y fueron colocadas de manera provisional, pero ya llevan 32 años”, expresó Cuevas.
Otro hallazgo del informe entregado a las autoridades es la contaminación del aire de la planta Estrella del Mar II y aunque se pudiera afirmar que sus motores cumplen con los estándares de la Organización Marítima Internacional (OMI) para los contaminantes del aire, esos motores y las normas de la OMI están diseñadas para barcos que navegan en el mar o atracan brevemente en el puerto; no tienen la intención de proteger a las comunidades cercanas año tras año. Es decir, no son para barcos que estén fijos en lugares densamente poblados.
“Si bien estas plantas afirman (sin datos) cumplir con los estándares de la OMI, estos estándares marinos no son de ninguna manera suficientes para proteger la salud de las comunidades locales. Públicamente se debe instalar el monitoreo de la calidad del aire disponible para contaminantes clave (NOx, Sox, PMO3)”, refiere el informe.
Con relación al ruido y la vibración, el documento depositado cita que, “la presencia de una contaminación significativa por ruido y vibraciones es una fuente de malestar y posiblemente una fuente de graves problemas de salud para las comunidades vecinas”.
También señala: “Los niveles altos de ruido pueden provocar pérdida de audición, especialmente durante períodos prolongados. Sin embargo, más allá de la pérdida auditiva, la exposición prolongada a niveles de ruido incluso moderados causa una amplia gama de problemas, desde la interrupción del sueño hasta el deterioro del rendimiento cognitivo en los niños y enfermedades cardiovasculares”.
El informe refiere que, aunque hay casos de plantas con ubicaciones sensibles en otros lugares del mundo, los mismos están rodeados de algunos edificios industriales dispersos, contrario a las barcazas sobre el río Ozama que es un área densamente poblada.
Por estas razones el estudio concluye que: “Las barcazas eléctricas que operen bajo estándares marinos para impactos ambientales no son adecuadas para su colocación en comunidades densas como Santo Domingo durante períodos prolongados”. Otra de las conclusiones del informe es que el HFO (full oil), el más sucio de los combustibles derivados del petróleo, debe cesar por completo.