Habilidades para enfrentar la nueva normalidad
Tomos somos personas con alta capacidad para asimilar el temor y capitalizarlo como una oportunidad.
Y de repente, el mundo poco a poco se detuvo... ¿lo esperábamos? Definitivamente no. La mayoría no estábamos preparados y no imaginábamos la magnitud del impacto. Este virus que enfrenta el mundo llegó a desatar una de las más grandes crisis económicas a nivel mundial, lamentables pérdidas humanas y vino a introducir el temor en nuestras vidas. Es un sentimiento que nos obligó a hacer un alto y a empezar a hacer las cosas de forma diferente. Pero, ¡qué difícil es cambiar!, ¿cómo hacemos las cosas diferentes? ¿Cuáles son las habilidades que se requieren también en el trabajo para enfrentar la nueva realidad?
De acuerdo al estudio de Tendencias Globales en Capital Humano 2020 de Deloitte, el 48% de las personas encuestadas indican que su estrategia de fuerza laboral se basa en la contratación de personas con las habilidades técnicas requeridas para el trabajo de hoy y el 52% dice que su estrategia es contratar a excelentes aprendices que puedan desarrollarse para cumplir múltiples posiciones y futuras necesidades.
Tomos somos personas con alta capacidad para asimilar el temor y capitalizarlo como una oportunidad. Esta requiere de una serie de habilidades para vivir en la “nueva normalidad” y no aferrarnos a la idea del pasado. Dichas habilidades para muchos no son nuevas, incluso todos las tenemos desarrolladas en distintos niveles y ahora más que nunca ocupamos trabajar para crear mayor resiliencia (superarnos ante la adversidad), adaptabilidad (ser flexibles para afrontar los cambios), creatividad (aprender y crear nuevas cosas), autodisciplina (tener constancia y voluntad en lo que hagamos), empatía (sensibilizarnos para comprender a los demás), inteligencia emocional (conocer y saber controlar nuestras emociones), capacidad analítica (profundizar con mayor detalle las situaciones para resolver problemas) y capacidad digital (disposición para adaptarnos y aprender sobre las nuevas tecnologías).
Hace unos meses atrás pensábamos que la capacidad digital aplicaba únicamente para las personas que estudiaban, trabajaban o les apasionaba dicho tema y cuando nos hablaban de una “nueva era tecnológica” o de “cambios globales” posiblemente lo relacionábamos con las palabras futuro y largo plazo; pero el COVID-19 llegó para acelerar todo lo que se suponía que íbamos a ver en un tiempo lejano. Esas transformaciones o reinvenciones son parte de la “nueva normalidad” y se están haciendo realidad en un corto plazo y sin planificación alguna.
Cabe destacar que todos somos seres humanos únicos, dotados de habilidades y fortalezas que nos diferencian del resto. No obstante, es fundamental determinar qué queremos en la vida a corto, mediano y largo plazo, crear y poner en marcha un plan de desarrollo personal que contenga las acciones y plazos límite para alcanzar cada meta que nos propongamos, ser responsables y realistas, aceptar con humildad los errores y recibir o solicitar realimentación con una escucha activa y actitud positiva.
Debemos adoptar aquellas habilidades que dejarán una huella en nuestra vida, saber aplicarlas, aceptar que la vida que teníamos antes, tal vez, ya no volverá y que posiblemente esta crisis era necesaria para darnos cuenta que necesitábamos un cambio. Un cambio, una “nueva normalidad”, nuevas habilidades o tecnología, que se han convertido en herramientas vitales.