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Vacunar abejas: el método prometedor para limitar la extinción de los polinizadores

Abejas. 

Fuente Externa.

Abejas. Fuente Externa.

Cientifícos estadounidenses elaboraron con éxito una vacuna contra la loque americana, una enfermedad que diezma la población de abejas, indispensables para la polinización de varios cultivos agrícolas. Esta vacuna revolucionaria consiste en inmunizar a la abeja reina y suscita esperanzas para limitar el declive global de los polinizadores.

Además de producir una deliciosa miel, las abejas son indispensables para la alimentación humana. Según expertos de Naciones Unidas en apicultura, un tercio de la producción alimentaria global depende de la labor de polinización que cumplen las abejas.

Pero el declive mundial de los polinizadores pone en alerta a la comunidad científica. Y entre las soluciones que se han encontrado para evitar su extinción está la vacuna contra la loque americana, une enfermedad que llega a destruir algunos años hasta la mitad de las colmenas en ciertos países.

“Esta enfermedad está causada por una bacteria que se llama paenibacillus larvae. Tiene la particularidad de generar esporas que tienen las posibilidades de ser viables durante 50 años. Es un problema importante porque el material apícola que murió por culpa de la loque americana, 20 o 30 años después tiene esporas que son viables”, detalla el bacteriólogo Francisco Reynaldi, especialista del Conicet de Argentina. El país suramericano es uno de los tres principales productores de miel del mundo.

Hasta el momento, la alta contagiosidad de la loque americana lleva a los apicultores a prenderles fuego a las colmenas para controlar la enfermedad.

Reynaldi, quien investiga desde hace varios años las patologías que afectan a las abejas, observa que “esta enfermedad se detectó por primera vez en Estados Unidos a principios del siglo XX, y tiene una distribución mundial. En Argentina, la loque americana llegó a alterar al 50% al 70% de las colmenas”.

La invención de una vacuna contra dicha enfermedad es particularmente prometedora en Estados Unidos donde “más que para producir miel, se usan las colmenas para polinizar almendros”, apunta Reynaldi.

Una vacuna sin agujas

A principios de enero, las autoridades estadounidenses aprobaron una inédita vacuna para las abejas contra la loque americana. Algo que parecía impensable para los científicos que estudian las abejas, confiesa el Dr. Reynaldi. Pero los ensayos de laboratorios mostraron resultados satisfactorios.

“Lo que se genera es una transferencia generacional de la inmunidad. Se vacuna a la madre para que los hijos tengan estos anticuerpos. Acá estaríamos vacunando solamente a la abeja reina”, explica el científico.

“Y ¿cómo se logra esto? Se alimenta a una reina con las bacterias. Las abejas de la cohorte la alimentan con jalea real. Entonces se da de comer el alimento con los restos bacterianos, estas abejas lo comen, lo asimilan, generan jalea real y se la dan a la reina que adquiere inmunidad.”

Al cabo de esta vacunación por medio de la alimentación, los científicos introdujeron de nuevo a la abeja reina en una colmena real. “Las crías de esta abeja reina fueron llevadas a un laboratorio y lo que se vio es que realmente protegía entre un 30% y un 50% de mortandad a estas larvas que devenían de reinas que estaban vacunadas”, concluye Francisco Reynaldi, entrevistado por RFI.

Los pesticidas, la otra amenaza

Sin embargo, esta enfermedad de la loque americana no es la única amenaza que pesa sobre las poblaciones de abejas a nivel mundial. La ONU alerta que los polinizadores desaparecen a un ritmo 100 veces superior de lo normal. Una tendencia que se explica por varios factores: las enfermedades como la varroasis, la loque americana, el cambio climático que genera una alteración en la disponibilidad de los alimentos y el uso de distintos agroquímicos. “Hablamos de plaguicidas que controlan insectos, de herbicidas que se utilizan los campos para matar las hierbas y fungicidas que matan a hongos que afectan a plantas”, alerta Francisco Reynaldi.

Así que queda mucho por hacer para evitar la desaparición de las abejas víctimas del uso de pesticidas peligrosos como los neonicotinoides que se siguen usan en América latina, por ejemplo. En Europa, los defensores de las abejas cantan victoria: la Corte de Justicia de la Unión europea vetó el uso de los peligrosos pesticidas neonicotinoides, fatales para las abejas.

Estos productos ya estaban prohibidos desde 2018, pero algunos estados como Francia o Bélgica otorgaban, exenciones a los productores de remolacha golpeados por algunas plagas difíciles de controlar.

La ONG Red de acción pesticidas, PAN por sus siglas en inglés interpuso una demanda que llegó hasta la Corte de Justicia de la Unión Europea. Y los jueces prohibieron definitivamente las exenciones. Desde Bélgica, Martin Dermine, defensor del medioambiente y director de PAN Europa, recuerda a RFI por qué se llegó a prohibir el uso de estos productos fitosanitarios.