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CORREDOR BIOLÓGICO DEL CARIBE

Once años apostando a la conservación de la biodiversidad caribeña

Nicasio Viña, director ejecutivo del CBC: “Si usted me diera una varita mágica y me dijera que en el Caribe tiene o puede hacer una solución ambiental, yo reforestaría”.

Imagine que va a un restaurante en Santo Domingo y pide un pescado; un mero, por ejemplo, que se consume mucho en el Caribe porque es grande y de buen sabor.

Posiblemente ese mero no nació aquí, en La Española. Lo más probable es que haya nacido en Cuba, porque estas especies se concentran para reproducirse, los huevitos fecundados van a los manglares, donde alcanzan el tamaño de larva, y ahí empiezan un gran recorrido hasta que son pescados en otro lugar. “¿Qué se debe hacer para que sigamos disfrutando de ese preciado plato? Tenemos que crear acciones de conservación integrada. En el mismo caso están las ballenas y los arrecifes coralinos que nos llenan de playa, de vida y de recursos para obtener una mejor calidad de vida, pero que también son recursos compartidos. Tenemos la obligación de verlo en un entorno integrado”. De esta manera ilustra el biólogo cubano Nicasio Viña parte del propósito del Corredor Biológico del Caribe (CBC), una plataforma creada en 2007 entre República Dominicana, Cuba y Haití a la que se unió Puerto Rico en 2016 que busca coordinar acciones para la conservación de la biodiversidad del Caribe insular. El pasado 20 de julio, el CBC celebró en Santo Domingo la onceava reunión de su comité ministerial en la que se trataron dos puntos: pasar balance a los 11 años de experiencias compartidas y trazar los nuevos compromisos de los próximos años. Viñas, director ejecutivo del CBC, comparte con Listín Diario parte del trabajo que realizan motivados en la conservación.

LD: ¿Cuánto se ha avanzado en frenar la pérdida de biodiversidad en el Caribe en estos 11 años del CBC? Sobre todo tomando en cuenta que los biólogos insisten en que uno de los problemas ambientales más apremiantes es precisamente la pérdida cada vez más rápida de esa biodiversidad…

NV: Muchas veces no hay una línea base para medir qué estatus tenemos de biodiversidad y cuánto ha cambiado. En el proyecto que está empezando ahora estamos aspirando a crear esa línea base y a monitorearla durante cinco o seis años, quizá mucho más adelante, para poder tener una claridad de qué efecto se está produciendo. Ahora, ¿qué ocurre con nuestra biodiversidad? Le pongo dos ejemplos: primero, nuestra biodiversidad se caracteriza por un alto endemismo, en anfibios, en reptiles, en aves, en plantas con flores… en todos los casos el Caribe insular está entre los primeros lugares en el mundo. La biodiversidad tiene otra característica, y es que hay especies muy locales: una especie que vive en el Polo Magnético, o en una lomita de Los Haitises. En países como estos es muy complejo establecer una estrategia de conservación porque tendríamos que tener países de áreas protegidas y no podemos tener países de áreas protegidas, porque por otro lado tenemos una densidad poblacional muy alta. Nuestras islas están densamente pobladas con una demanda de recursos muy fuerte. El reto está en que tenemos que lograr estrategias de conservación dentro y fuera de áreas protegidas que permitan que esas especies se mantengan.

Aunque no las tengas ubicadas. La estrategia pasa por ecosistemas. Le diría que es difícil establecer en términos generales si estamos parando, deteniendo o estamos continuando el factor. Le haría el análisis de las variables. Si hablamos de cobertura boscosa estamos revirtiendo la situación, porque estamos incrementando en cobertura y eso significa que en determinados lugares, el ecosistema, la casa que soporta la biodiversidad de la fauna aumenta, y en determinados ecosistemas, se frena. Sin embargo, en otros lugares hemos hecho acciones sobre zonas naturales que han producido afectación. Vamos al otro: cambio climático. Los sistemas de áreas protegidas de Cuba, República Dominicana y Puerto Rico estaban bien establecidos, y el de Haití en estos años ha venido fortaleciéndose, porque otro tema que todos reconocemos es el de la situación ecológica en Haití, pero hay muchos lugares todavía donde hay valores que salvar. En eso hemos avanzado, en reconocer esos valores, en establecer sistemas de áreas protegidas, en hacerlos más eficientes, y eso ha sido trabajo de los cuatro países; en establecer algo tan novedoso para esta región como una reserva transfronteriza de biodiversidad, la reserva Massif de la Selle, Jaragua-Bahoruco-Enriquillo, reconocida por la Unesco. Ahora tenemos áreas protegidas, algunas muy grandes, otras más pequeñas. Lo que pasó en Puerto Rico, que un huracán de gran intensidad pasó por arriba de la isla, ¿son nuestras áreas protegidas capaces de enfrentar esas perturbaciones en cierta medida naturales, pero que antes enfrentaban a un ecosistema mucho más fuerte, mucho más saludable? Le pongo el ejemplo en la salud humana: no es lo mismo que a usted lo coja un dengue saludable, fuerte, haciendo ejercicios todos los días, a que lo coja un dengue después de salir de un proceso de enfermedad. Eso mismo pasa con los ecosistemas: tenemos sistemas de protección, pero también tenemos fuertes huracanes.

Varios. En estos momentos estamos empezando una nueva fase, pero hemos realizado varios en Pedro Santana (Elías Piña), en la zona fronteriza. Ahí hicimos proyectos de apicultura, de manejo de desechos sólidos, de conservación de una especie de palma que se usaba en artesanía y lo que hicimos fue crear junto con los artesanos un equilibrio en ese sentido. Cinco proyectos en Haití dedicados a manejo de ecoturismo, manejo de erosión y recuperación boscosa, a manejo de energía adecuado. Porque la afectación a la naturaleza tiene dos grandes fuentes, una: los grandes procesos industriales y la segunda es el uso de los recursos, es decir, cuando uno tiene una necesidad de utilizar el recurso de la naturaleza porque no tiene otro recurso de dónde sacarlo. Y una de ellos es el uso del carbón y la leña. ¿Y cómo transformar el uso de carbón y leña? Es muy difícil decirle a alguien “no cocines, estás acabando con el bosque”. Pero si no cocino se me muere mi familia. ¿Cómo dar una solución para que esa persona tenga una variante económica factible? En eso estamos trabajando también. Y en la reforestación, si usted me diera una varita mágica y me dijera que en el Caribe tiene o puede hacer una solución ambiental, yo reforestaría. Reforestando ganamos cobertura, ganamos producción de suelo, que nos es necesaria para nuestra vida; ganamos agua y calidad climática. O sea, tenemos muchas soluciones reforestando. Pero para reforestar hay que tener dos conceptos: primero la producción de plantas para reforestar y segundo y el más difícil es el mantenimiento de esas poblaciones hasta que alcancen los tamaños necesarios para volver a usarlos o para que se queden como zonas naturales secundarias reconstruidas. En esa dirección hemos trabajado. El CBC no es solo lo que hace la secretaría. Hay una gran cantidad de colegas de otras instituciones, como Grupo Jaragua, Cedaf, The Nature Conservancy, que están haciendo acciones que aunque la secretaría no las controla, sí las escucha, las analiza. También debemos acercarnos a un pensamiento cultural en el que nos transformemos. Nosotros somos caribeños y cuando pequeños nadie veía mal que los niños andaran con tirapiedras matando pajaritos y reptiles. Se veía normal. Todos tuvimos un tirapiedras. Sin embargo, lo que hay que estimular hoy es que no haya tirapiedras, sino que haya casa, comida, más árboles. Bahía de las Águilas posiblemente es el punto del Caribe insular donde mayor cantidad de águilas pescadoras (guinchu) pasan durante la etapa migratoria. En octubre las encuentras, allá vamos y hacemos un conteo.

¿Cuáles son las especies del Caribe más vulnerables ante los efectos del cambio climático?

Si me dejara decir un grupo en particular le diría que los anfibios. Para poder decir esto tengo que pensar cuáles son los escenarios de cambio climático que tengo por delante: menos lluvia, quizás el mismo volumen total pero concentrada en determinados períodos, y por lo tanto: períodos más largos de seca y períodos más cortos de humedad. Los anfibios requieren de humedad. ¿Incremento de la temperatura con menos humedad?, posición menos favorable para los anfibios. Esas son las condiciones de cambio climático. Vamos a sumarle las condiciones internas, la vulnerabilidad propia del grupo: especies muy restringidas a pequeñas áreas, con una capacidad genética muy reducida, o sea, no tengo un fondo genético que me permita, si encuentro esta condición, que mi población se vaya para allá o para esta. Son especies muy locales. Si mezclamos ambas cosas, y los efectos van a ser más fuertes en las zonas más altas, los anfibios están en las zonas altas. Las zonas secas no tienen esa riqueza de anfibios, como sí la tienen en reptiles.

Un segundo grupo serían los arrecifes coralinos, y no porque ya hayan pasado por etapas de cambio de temperatura. Si usted se va al tiempo geológico va a encontrar momentos en que eso ha ocurrido. Pero había ocurrido sin la presión humana y había ocurrido con unos arrecifes más sanos, más fuertes, enfrentado solos el cambio climático. Ahora enfrentan el cambio climático y la presión humana.

Un tercero serían los bosques húmedos de montaña, por las mismas razones de los anfibios. Bosques húmedos de montañas hay un montón de tipos, pero vamos a meterlos todos dentro de ese paquete. En esos bosques húmedos de montaña vamos a tener menos lluvia, más temperatura, van a cambiar las variables ecológicas que habían fundamentado eso. Y alguien puede decir: “Otras veces ha ocurrido”. Sí, es cierto, estoy de acuerdo, pero a menor velocidad de la que está ocurriendo. Para todos los grupos, ¿qué podemos hacer? Aumentar su resiliencia, su capacidad, disminuir su vulnerabilidad haciendo los bosques más extensos, menos fragmentados; haciendo que los arrecifes tengan un equilibrio de herbivoría adecuada, no sobrepescando los peces loros, en el caso de los anfibios haciendo más extensa las áreas de habitación y devolviéndole a los bosques donde habitan sus factores más cercanos a lo original.

Y otra vez alguien podría decir: “Ah, ¿todo eso para salvar cuatro bichitos y cinco anfibios?” Sí. Y al mismo tiempo estás salvando el agua que usted se toma, porque si no hace eso también nos quedamos sin agua. Fíjese que en el caso de los bosques estamos salvando las zonas productoras de agua, y en el caso de los arrecifes estamos salvando las playas de alto interés económico, los peces que nos comemos de alto interés alimenticio y el ecosistema que además nos protege del huracán.

A finales de este año vamos a tener un grupo de objetos de conservación de interés antillano. Estamos viendo para el Caribe insular, y sobre todo para las Antillas Mayores en esta etapa, qué elementos, que objetos de conservación requieren de una acción mancomunada de los países. La isla Española tiene unos 400, quizá 500 kilómetros cuadrados de manglares, Cuba tiene unos 5,000. Y la isla de Cuba es nada más que un tercio mayor que La Española. La responsabilidad que tiene Cuba con el servicio ambiental que brindan esos manglares no es solo para Cuba. En los sitios de desove de grandes peces, creo que Cuba tiene el tercer lugar a nivel del mundo; ustedes tenían uno, al norte de Punta Cana, pero desapareció por sobrepesca. La naturaleza son sistemas, no puedes ver algo aislado. Estamos tratando de determinar los objetos de conservación más importantes para las Antillas Mayores, no por país. Pero le puedo decir algunas especies que van a estar: la iguana de Ricordi (que es quizá una de las más amenazadas del mundo), y el cocodrilo americano. Vamos a iniciar el monitoreo del estatus de esos grupos. A principios de año podríamos ofrecerle una información al público.

DE INTERÉS: El CBC cuenta desde sus inicios con el apoyo de la Unión Europea (financiamiento) y de ONU Ambiente (acompañamiento de gestión de proyectos y técnico). Los países aportan su capacidad técnica. Durante la reunión del comité ministerial se valoró este apoyo y el hecho de que la plataforma se haya mantenido durante todo este tiempo a pesar de las diferencias entre los países. “El CBC es una plataforma de cooperación. Es un acuerdo interministerial para crear una plataforma de cooperación en el campo ambiental y sobre todo de conservación de la diversidad biológica sobre la base de que el hombre es parte de la biodiversidad. La biodiversidad es importante para la vida, para el ser humano. Tenemos la obligación de cuidarla por sí misma y por los beneficios que nos da. Lo que se ha hecho es engranar estos países que tienen sus propios problemas nacionales pero que algunos de los elementos son regionales”, explica Viña.