Adiós a Pericles Mejía
Hoy, con el corazón apretado y la memoria viva, quiero recordar a un amigo inigualable: Pericles Mejia. Su generosidad y lealtad no tenían paralelo, algo que quienes tuvimos el privilegio de conocerlo podemos atestiguar. Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que crucé caminos con él, cuando era apenas un niño y mi tío Camilo y mi padre me llevaban al set de ‘Él Padrino II’ donde el estaba trabajando con otros cineastas dominicanos como Claudio Chea y Omar Narpier. Esa memoria está grabada a fuego en mi corazón. Más tarde, tuve el placer de presenciar su talento al frente y detrás de la cámara. Su francés, siempre impecable, me hizo reír en comerciales y me llevó a lugares inimaginables como editor de ‘Pasaje Ida’ de Agliberto Melendez. Pericles no fue solo un amigo, fue una leyenda: cineasta, actor, músico rockero, director de arte dramático, camarógrafo y un crítico agudo con una visión única. Sus estudios en Arte Dramático y su paso por Francia fortalecieron su pasión y visión. Pero más allá de su talento, su compromiso con la educación y el arte era palpable. Sirvió con honor como profesor de Teatro en la Escuela Nacional de Arte Escénico en Santo Domingo, influyendo y moldeando a generaciones de artistas. Y quién podría olvidar su invaluable contribución en la película "Sorcerer" de William Friedkin como asistente de producción y su liderazgo en el Museo de Historia Natural. La Cinemateca Kircher lleva su sello, al igual que la Cinemateca Nacional. Pericles, aunque ya no estás físicamente entre nosotros, tu legado perdura. Tu influencia se siente en cada esquina del mundo del arte y siempre estarás presente en mis recuerdos y en los de muchos otros. Gracias por cada momento compartido, cada enseñanza y cada sonrisa. Descansa en paz, querido amigo.