Las aventuras del doctor Alquitrán
El autor simboliza el color azul de la peligrosa banda con el emblema del team de béisol dominicano los Tigres del Licey”
Eran casi las doce del medio día y el Dr Alquitrán sentado en su escritorio, sin palabras, sólo asentía moviendo la cabeza a los reclamos cada vez más largos y chillones de Madmoiselle Lanui.
Madmoiselle Lanui: -Yo pensaba que ya era hora de conocer su sapiencia, pero como ya le he dicho setenta veces por teléfono y ahora en persona, otra vez me cita usted en vano y no sé, pero aún no veo ni un solo sapo, ni un sapito, si me entiende usted, ninguna sapiencia, nada.
Justo en ese momento, frente al Bunker del Dr Alquitrán pasó corriendo un tropel de personas, que por el ruido que hacían sería más adecuado llamar jolgorio o chercha. La chercha iba corriendo, casi bailando, tras un vendedor ambulante que gritaba: -Me voy con las lenguas, las lenguas, las lenguas, me voy con las lenguitas, lenguitassssssss de le-che, me vooooooooooooy.
Un Dr Alquitrán medio molesto, portando la media sonrisa de satisfacción de quien reconoce algo, junto a una estupefacta e indignada Madmoiselle Lanui, vio correr aquel tropel mientras comentaba: -Es cierto lo que ya le había dicho Madmoiselle Lanui, nos enfrentamos a algo muy grande. Sólo nuestra prudencia nos guiará.
Justo en ese instante, llegaba a la oficina Vandalis, dando tumbos, con cara de yo no fui, extremadamente risueño, torpe y hediondo a ron.
Ante la cara de sorpresa del Dr Alquitrán y la evidente indignación de Madmoiselle Lanui, Vandalis se detuvo, levantando una mano como quien pide la palabra y sin esperar dijo, mientras se desplomaba: -¡Al menos ya sabemos que son liceystas!