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En memoria de Jean Luc Godard

Grandes clásicos del cine

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Rienzi Pared PérezSanto Domingo

Cuando hablamos del séptimo arte, muchas veces preferimos películas populares o de cineastas sonoros que reinan en titulares de periódicos y revistas especializadas. Sin embargo, existen cineastas no muy conocidos, sino por aquellos que somos amantes del séptimo arte. Me refiero a ese gran cineasta que acaba de fallecer: Jean Luc Godard.

En la década de los años cincuenta, el cine francés junto con una pléyade de jóvenes críticos y cineastas de la Revista Cahiers du Cinema, expusieron sus puntos de vista sobre el cine de autor y sus propuestas tuvieron realce. Uno de ellos fue Francois Truffaut con su película “Los 400 golpes”. Otros fueron también Alan Resnais con “Hiroshima Mon Amour” y Jean – Luc Godard que se iniciaba en el mundo de la filmografía con su película “Al final de la escapada” del año 1960.

Godard fue un arquitecto de esa generación que contribuyó a darle un nuevo giro al séptimo arte en la década de los sesenta. Nació en París en 1930 y en su adolescencia empezó a estudiar en La Sorbona Ciencias Sociales. Sin embargo, el amor a las artes; pero sobre todo al cine, fue demasiado para él. Comenzó haciendo cortometrajes a finales de la década de los cincuenta del siglo pasado y el destape a nivel internacional le llega con su obra “Al final de la escapada” con guion de su amigo Francois Truffaut. Esta cinta supuso una revolución en la manera de filmar al utilizar técnicas hasta entonces poco ortodoxas, como rodar cámara en mano, utilizar el estilo documental o saltar de un plano a otro.

En 1963 estrena una obra maestra como lo fue el filme “El Desprecio”, basada en la novela de Alberto Moravia. Este filme marca un momento de la vida de cualquier ser humano ante el cuestionamiento sobre el amor, la literatura, el dolor, el dinero, etc.

En 1965, con Jean Paul Belmondo como protagonista, estrena “Pierrot le fou” un drama combinado con crimen y romance que lo marca como un sello indeleble sobre el llamado cine de autor, muy en boga en aquellos años de destape cultural.

Como había dicho en el pasado Publio Terencio de que “nada humano me es ajeno” Jean Luc Godard decide poner su cine al servicio de movimientos revolucionarios en Francia, dado la época convulsa de ideologías que se vivía en esa década por la llamada Guerra Fría en el mundo, dando apoyo y solidaridad al movimiento obrero y estudiantil denominado “Mayo francés”.

Durante los años setenta realiza filmes de corte maoísta, y en el 1972 estrena la película “Todo va bien” con Yves Montand y Jane Fonda. Durante esta época empieza a realizar algunos documentales como “Historia del cine” en que daría su propia perspectiva sobre el mismo, y el haber dejado una estampa de su sello característico de la manera de contar historia a través de las imágenes que presentaba.

Godard fue un revolucionario en sus ideas y un crítico de Hollywood por la manera banal de lo que proyectaba. Era un individuo que se caracterizó en realizar críticas muy ácidas en todo lo que él entendía que debería de exponer sus puntos de vista.

Terminó con varias dolencias, y quiso terminar con su vida en un suicidio asistido en la ciudad de Rolle, Suiza, a la edad de 91 años dejándonos un legado de un total de 131 obras, entre películas, series de televisión y videoclips, obteniendo muchos galardones internacionales, entre ellos, el Oscar Honorífico por la Academia en el año 2011.

Descansa en paz, Jean Luc Godard.