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Juego Ciencia

El anti-ajedrez online

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Nelson Pinal Borges, MI & FIDE TrainerSanto Domingo

Si bien es cierto que la pandemia Covi 19 ha logrado masificar la práctica del ajedrez online y ha sido un recurso salvador para los amantes del juego ciencia, dicha práctica también ha engendrado aspectos disonantes con la calidad de las partidas que se juegan y con la ética que tradicionalmente ha caracterizado a los ajedrecistas.

Por lo general los eventos que se organizan online son a un ritmo de tiempo que conlleva que el jugador tenga que realizar sus movimientos velozmente y de ahí que se afecte la calidad de las partidas. Hemos visto errores de todo tipo, desde perder piezas en una jugada hasta dejar escapar mates fácilmente de realizar.

Aunque es alarmante la cantidad de errores que se cometen a diario, son mayormente justificados por el poco tiempo de que dispone el jugador para pensar y realizar el movimiento. Son yerros casi inevitables cuando se juega con pocos segundos para pensar bajo la presión del reloj y ejecutar la jugada.

Por otra parte, la masificación de la práctica del juego de ajedrez online ha facilitado el lanzamiento de canales en diferentes plataformas del ciberespacio que han inundado las redes sociales, lo que sin dudas constituye algo muy positivo. Se han creado canales de gran calidad donde comentan partidas los máximos exponentes del juego ciencia, incluyendo el Campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen.

Sin embargo, en los últimos meses también se han creado canales de ajedrez que constituyen una afrenta al propio juego por la mala calidad de los mismos. Estos singulares canales en realidad son espacios de cháchara y habladurías que muy poco aportan al ajedrez serio y de clase, donde sus actores dan pena, porque más que ajedrecistas, parecen humoristas de mal gusto hablando de ajedrez sin una mínima base de conocimientos técnicos ni de cultura ajedrecística que soporte sus comentarios y pueda contribuir cualitativamente con el ajedrez de quien lo ve.

Pero ya lo dijo el antiguo político griego Tucídides: “la ignorancia es atrevida y el conocimiento reservado”. Y el internet es un terreno fértil para presumir ignorancia y desconocimiento ante un grupo de corifeos que aplauden como pingüinos.

Asimismo, la actual masificación del ajedrez online ha fertilizado el terreno para la reproducción de ajedrecistas tramposos los cuales utilizan diferentes artimañas para ganar partidas. La más utilizada es la de auxiliarse de dispositivos electrónicos y programas de ajedrez que le muestre las mejores jugadas durante la partida que desarrollan online con fin de obtener la victoria. Esta situación ha conllevado que en torneos de cualquier nivel se exija una cámara de vigilancia para observar a los jugadores mientras juegan.

Algunas plataformas han creado sistemas para determinar si un jugador utiliza esos dispositivos pero aún su efectividad no es totalmente eficiente para alegría de los pillos pero negativo para el desarrollo saludable del juego ciencia.

Por lo visto en los meses de pandemia fundamentalmente, el ajedrez serio y decente donde aún brilla la elegancia, la decencia y la ética de los jugadores, está siendo afectado por la aparición de bribones que han creado la desconfianza entre los ajedrecistas que desean invertir su tiempo libre en la superación de sus conocimientos y en la búsqueda de un fogueo de nivel para avanzar en su carrera a través del ajedrez online.

Actualmente cuando uno se sienta a jugar online se pregunta: ¿jugaré contra un humano o contra una máquina?

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