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ARTES PLÁSTICAS

La primera individual de Manuel Báez

SUS CUADROS PRESENTAN MUNDOS REALES E IMAGINARIOS

El país recibe con regocijo la noticia de que un joven dominicano se sume a las filas de las artes plásticas. En esta ocasión, Manuel Báez Delgado ofrece el resultado de un arduo trabajo, luego de su formación como pintor en tierras extranjeras. Esta conversación con el artista da muestra de que posee ideas muy claras en torno a su trabajo y hacia adónde busca llegar. Dado que has participado antes en muestras colectivas como estudiante de Altos de Chavón, cómo comparas la experiencia con esta primera individual? En esta primera individual es la primera vez que tengo todo un espacio en el que sólo se está hablando mi lenguaje, lo que se presta para una conversación reflexiva, de retroalimentación, y crecimiento, entre la audiencia o cada espectador y el artista, lo cual es incomparable con una situación colectiva en la que no hay un foco de atención único, sino un trabajo en colaboración con distintos contextos, formas de expresión y diferentes sentimientos y pensamientos. ¿Ya que habías iniciado tu interés por el arte como estudiante de arquitectura y luego como músico, cómo explicarías tu paso de una expresión con sonidos, auditiva, a la plástica o la expresión visual? Ambos son mis maneras de expresar lo que pienso, siento y veo. No es que pase de una a la otra, la música ha sido parte de mi vida desde los cuatro años de edad cuando comencé a recibir lecciones de música y las artes visuales desde que tengo memoria; mi profesora de arte en preescolar todavía hoy cuenta que a los cinco años sin saber siquiera qué estaba haciendo, hice mi primer dibujo con perspectiva y al día de hoy yo siempre le digo a forma de broma que eso es imposible. Ahora que resido en Nueva York, con mi incursión al videoarte, he encontrado la manera de lograr un matrimonio entre las dos formas de expresión; al punto de que no imagino mis imágenes sin su música, ni la música sin sus imágenes: se complementan y nacen una para otra. ¿Cuáles otras experiencias nuevas has tenido en Parsons y en Nueva York? En Nueva York hay una velocidad diferente, un mundo artístico inmenso lleno de oportunidades y facilidades que hacen el trabajo todavía aun más placentero. Una amalgama de culturas, choques entre tendencias y opiniones sobre arte que solo generan más arte; es una experiencia inimaginable que obliga a uno a crecer... ¿Cuáles planes tienes para tu futuro? Alguien dijo que nuestras vidas no son más que lo que nos pasa mientras vamos planeando el futuro. Trato de no proyectarme mucho hacia delante pues hay demasiadas cosas que uno no controla. En mi presente, estoy empeñado en absorber todo cuanto me sirva como fundamento para crecer, no sólo como artista, sino como ser humano. Es difícil ser buen artista o cualquier cosa que uno desee ser si uno no entiende que hay que ser buena persona primera y básicamente. Eso no lo enseñan en ninguna escuela ni universidad, pero es un aprendizaje que nunca se termina. Hubo muchos elogios para tu muestra en Quinta Dominica, hasta de maestros famosos como Ramón Oviedo que te auguró mucho éxito por tu paleta y trazos firmes y emotivos. ¿Cuándo será tu próxima exhibición? Realmente no sé. Ahora estoy concentrándome en mis estudios. Esa muestra en Santo Domingo fue algo que monté al ver el lugar bellísimo donde mi papá presentó su más reciente libro. Él luego me ha relajado diciéndome que fueron más gentes a ver y comprar mis pinturas que a lo de su libro... ¿El artista nace o se hace? Eso lo ha discutido mucha gente que sabe más que yo desde hace siglos. ¿Cómo explicar a un Leonardo o Dante o Lucian Freud o el Bacon moderno sin ver cómo se formaron? Pero había un sustrato que les permitía aprovechar esa formación mejor que otros que tenían otra vocación, inclinación distinta. En muchos casos quizás hay algo genético. En mi familia hay pintores aficionados y mi bisabuelo era Tuto Báez. A mí me parece que en la pintura y la plástica y el arte en general, la obra trascendente es el resultado de una combinación de una preparación totalmente cerebral y una ejecución completamente visceral, para lograr honestidad expresiva y transparencia. Hace falta escuela pero dentro de ella hay que disponer de algún talento o disposiciónÖ En los karaokes uno ve gente gozando muchísimo cuando canta aunque no pegue una nota; escuchar luego a algún virtuoso es también música. Eso quizás no es comparable pero ¿qué más le digo? Un creadorEl artista dominicano Manuel Báez-Delgado exhibió quince obras en su primera muestra individual el pasado 16 de enero en Quinta Dominica, en Santo Domingo. El crítico de arte Odalís G. Pérez ha expresado que Báez-Delgado “es un joven artista que paso a paso va descubriendo sus propios caminos en el arte, de una manera acentuada” y que evoluciona “hacia la madurez plena tras caminar por mundos conceptuales, organizando narrativas ontológicas que se pronuncian a través del cuerpo y la visión”. Báez-Delgado concluyó sus estudios de Bellas Artes en la escuela de Altos de Chavón a principios de 2012 y actualmente reside en la ciudad de Nueva York como estudiante en Parsons The New School for Design. Crecimiento“Lo que hasta ahora se podría llamar proceso artístico, en su caso, refiere, como bien manifiesta en su declaratoria de artista, a un mundo fragmentado, territorializado y a la vez des-territorializado” ñopina el crítico doctor Pérez. “Lo que se asegura en este mundo visual son las incidencias de una diversidad plástica, formal y sobre todo gestual, producida por un sentido de lo real y lo imaginario”. Báez-Delgado, dijo: “Esta primera individual consiste sólo de quince pinturas dado que otras obras en vídeo o instalaciones no se prestan para ser exhibidas simultáneamente por tan poco tiempo, pero espero poder compartir en el verano de 2013 otras obras que espero resulten interesantes y motiven no sólo el placer estético sino también meditaciones sobre cada tema”. Sus composiciones, que le sirven para destacar esencias, reflexiones, introspección, definición, morfológica de la imagen representada, incluyéndose bajo la misma lupa exploratoria de emociones, sentimientos, miedos, temores, alegría y preocupaciones.

ObrasQuinta Dominica, en la calle Padre Billini de la zona colonial, es una casa de principios del siglo XVI que fue antiguamente parte del monasterio del Convento de los Dominicos, donde había celdas monacales que más tarde fueron aulas de la Universidad Santo Tomás de Aquino, primera de las Américas. En 1994 la casa fue restaurada por su nuevo propietario con la intención de que en sus salones y jardines se realicen actividades en apoyo de la cultura, la historia, el arte y la educación, para apoyar el crecimiento y desarrollo integral de la sociedad dominicana. En la obra de Manuel Báez-Delgado “podemos observar dibujos de modelos reales e imaginarios; el cuerpo que narra vida y situación es una presencia re-conocida y re-cualificada en tiempo y espacio. Esto da lugar a un narrador de un mundo incompleto y de una forma distribuida como cuerpo y movimiento, como lugar y órbita externa e interna. El gestualismo pictórico ligado a la anatomía sinuosa, recuerda las biometrías y esbozos de los impresionistas y expresionistas, de Leonardo, Klein y Rodin, así como la tradición del cuerpo visible e invisible”, opina el doctor Odalís G. Pérez.

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