Tecnología

La cronología del caso Huawei: un desencuentro fruto de la guerra comercial

La decisión de Washington de incluir a Huawei en una lista de compañías a las que se impide el acceso a la tecnología y el mercado estadounidense ha levantado preocupaciones en todo el mundo sobre cómo va a afectar la medida a los productos del gigante chino o al despliegue de la tecnología clave 5G.

Ésta es la última batalla de las libradas en el marco de la guerra comercial iniciada en marzo del pasado año, cuando EEUU anunció la primera subida de aranceles sobre el acero.

El día 22 de ese mes, el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció la imposición de gravámenes por valor de hasta 60.000 millones de dólares a muchas importaciones chinas, y exigió que el déficit comercial con Pekín se reduzca un 25 %.

China tardó pocos días en reaccionar y, el 4 abril, Pekín anunció sanciones arancelarias del 25 % a un total de 106 productos importados de EEUU, incluidos la soja, automóviles y aviones, por valor de 50.000 millones de dólares.

Huawei entró en la ecuación en mayo de 2018, cuando Washington prohibió el uso de los aparatos telefónicos de esa empresa china y de ZTE en sus bases militares. Un mes más tarde, ambos países iniciaron una ronda de negociaciones para intentar frenar la guerra comercial.

Julio y agosto fueron meses en los que Pekín y Washington siguieron "disparándose" aranceles, hasta que, el 27 de ese último mes, China denunció formalmente a EEUU ante la Organización Mundial del Comercio por los gravámenes a sus productos.

El mes siguiente, hubo un anuncio estadounidense más de nuevos impuestos a las importaciones chinas, a lo que las autoridades de Pekín replicaron con medidas similares.

Así las cosas, no fue de extrañar que, el 1 de diciembre, en el marco de una cumbre del G20, el presidente chino, Xi Jinping, y Trump acordaran una tregua de 90 días para negociar una salida al enfrentamiento.

Y aunque se conoció el 5 de diciembre, mientras Xi y Trump estaban reunidos, Canadá detenía, a petición de EEUU, a la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, bajo la acusación de violar las sanciones impuestas a Irán.

China no esperó para airear sus protestas y, el 8 de diciembre, Pekín amenazó a Canadá y EEUU sobre las consecuencias de mantener detenida a la ejecutiva. Casualidad o no, el día 10 China detuvo a dos ciudadanos canadienses a los que acusa de espionaje.

Al día siguiente, la justicia canadiense fijó una fianza de 10 millones de dólares para la detenida, que es puesta en libertad vigilada.

Lejos de relajarse las tensiones, el 2019 comenzó fuerte para Huawei y Meng, pues el 28 de enero la justicia estadounidense aumentó los cargos a 23 delitos, entre ellos el de robo de secretos comerciales a un rival estadounidense.

El 1 de marzo un juez canadiense dio luz verde al proceso de extradición de Meng, que no comenzó hasta el 8 de mayo, aunque se aplazó la siguiente vista hasta septiembre.

En paralelo al caso, ante un avance de las negociaciones con China, el 25 de febrero Trump aplazó la imposición de los aranceles contra productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares que iban a entrar en vigor el 2 de marzo.

Sin embargo, el 10 mayo anunció que finalmente se produciría el incremento del 10 al 25 % los aranceles para las importaciones chinas de más de 5.000 productos.

Con ese aumento, la tregua acabó, y el pasado día 15 Trump declaró una emergencia nacional para prohibir a las compañías del país usar equipos de telecomunicaciones fabricados por empresas que supuestamente intentan espiar a EEUU, lo que afecta a los negocios de firmas chinas como Huawei.

Este lunes, las principales empresas tecnológicas de EEUU, entre ellas Google, anunciaron que dejarán de vender componentes y software a Huawei, aunque hoy Huawei ha descartado que las restricciones estadounidenses vayan a afectar a sus productos o al despliegue de la tecnología 5G, en la que la empresa china dice aventajar a sus competidores.