Día Mundial del Medio Ambiente
De extremo a extremo: los devastadores efectos de la sequía y las inundaciones
- Tanto la sequía como las inundaciones afectan los suelos: dañan infraestructura vitales, destruyen carreteras y puentes, interrumpiendo el transporte y el comercio.
La sequía y las inundaciones son dos extremos del ciclo hidrológico que afectan profundamente los suelos y los ecosistemas.
Ambos escenarios tienen impactos negativos significativos; por un lado está la sequía, que, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), al reducir el contenido de humedad de los suelos, provoca su degradación, causando erosión, compactación y salinización.
Estos procesos resultan en la pérdida de nutrientes esenciales y la disminución de la fertilidad del suelo, dificultando el crecimiento de las plantas. Además, la falta de agua afecta a los ecosistemas, causando la muerte de plantas y animales y aumentando el riesgo de incendios forestales que destruyen hábitats y liberan carbono almacenado.
Por otro lado, las inundaciones, pueden llegar a causar erosión y sedimentación, alterando la estructura del suelo y su capacidad para retener nutrientes. En cuanto a los ecosistemas, las inundaciones pueden destruir hábitats, arrastrar contaminantes y alterar los ciclos de vida de diversas especies, lo que puede resultar en pérdida de biodiversidad y cambios en la dinámica de los ecosistemas, según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
En ese sentido, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de la República Dominicana (Indrhi) establece que unos de los principales retos de la institución es precisamente el equilibrio entre la deficiencia y la abundancia de agua, con miras a lograr que el líquido esté disponible tanto en tiempos de escasez como en momentos de exceso, lo que es esencial para mantener la sostenibilidad de los ecosistemas y la producción agrícola, y no comprometer la disponibilidad de agua para las futuras generaciones.
Otro gran desafío de las autoridades es lograr la eficiencia en el uso del agua, ya que “la República Dominicana no tiene suficiente agua como para desperdiciarla”.
El nivel de afectación de la sequía es directo, en ese aspecto, el Indrhi indica que, “en la medida que baja la disponibilidad se fraccionan las asignaciones de agua a cada sector.
El uso de agua para el abastecimiento potable tiene prioridad sobre todos los otros usos, lo cual genera una fuerte presión por el segundo gran usuario, el sector agropecuario, que también es responsable de garantizar el acceso a productos de consumo masivo a precios razonables para la población. El problema varía de una región hidrográfica a otra en función de su disponibilidad hídrica”.
Impacto económico
El Consejo Nacional para el Cambio Climático explica que las sequías y las inundaciones afectan varios sectores clave de la economía dominicana, como la agricultura, la ganadería, el turismo, la energía, las infraestructuras, la salud, y otros sectores importantes.
La falta de agua reduce la producción agrícola, disminuyendo las cosechas y afectando la seguridad alimentaria; mientras que las inundaciones pueden destruir cultivos, erosionar suelos y dañar infraestructura agrícola. De modo que ambos fenómenos resultan en pérdidas económicas considerables para los agricultores y en la interrupción de la producción.
Con respecto a la ganadería, la escasez de agua afecta la disponibilidad de pastos y forraje, reduciendo la producción de leche y carne. Además, puede aumentar la mortalidad del ganado. Mientras que las inundaciones pueden provocar la muerte del ganado y contaminar las fuentes de agua, afectando la salud animal y reduciendo la productividad.
“La sequía puede afectar negativamente los recursos hídricos utilizados en complejos turísticos, y la percepción de una crisis hídrica puede desalentar a los turistas. Además, las inundaciones pueden dañar infraestructuras turísticas, como hoteles y carreteras, y afectar negativamente la imagen del país como destino turístico seguro”, expone el Consejo al ser consultado sobre el impacto de la sequía y las inundaciones en la economía.
A través de un documento, la entidad explica también que la República Dominicana depende de la energía hidroeléctrica, por lo que una disminución en las precipitaciones puede reducir la generación de energía, aumentando los costos y la dependencia de combustibles fósiles importados. Las inundaciones pueden dañar infraestructuras energéticas y causar interrupciones en el suministro eléctrico.
Las sequías en las infraestructuras causan asentamientos del suelo y dañan edificaciones y carreteras. Las inundaciones destruyen carreteras, puentes y otras infraestructuras vitales, interrumpiendo el transporte y el comercio.
También, la salud pública se ve significativamente afectada por ambos fenómenos, ya que la escasez extrema de agua incrementa enfermedades vinculadas al preciado líquido; y el exceso puede propiciar la propagación de enfermedades transmitidas por el agua y mosquitos, como el dengue y el zika.