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Cuidadoras: un vínculo que se convierte en familia

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Rosmery MéndezSanto Domingo, RD

Con apenas once días de nacida, Meylin Calcaño y su hermana de un año, llegaron a la casa de Felicita Ruiz porque su madre Jacqueline requería ayuda para cuidarlas y así poder continuar con sus estudios universitarios.

“Mami Pepa” como la llaman de cariño, se convirtió para ellas en una ‘madre de corazón’ que hasta el día de hoy continúa presente en su vida adulta.

Felicita es la madre de Seily Ruiz, una gran amiga de Jacqueline, se conocieron en la escuela y desde entonces fueron inseparables.

Al hablar de sus hijas de crianza, Felicita se emociona, “esas niñas lo eran todo para mí, volvería a cuidarlas de nuevo, eran la alegría de esta casa”, dice mientras recuerda cómo correteaban por la vivienda y la llenaban de besos y abrazos mientras jugaban.

“Ya las niñas estaban que si Jacqueline llegaba tarde de la noche, se quedaban en mi casa a dormir, esas niñas llegaron a ser igualita que mis hijas, las criamos con el mismo cariño y amor que mis hijas”, cuenta mientras sonríe al recordar.

El mismo cariño que cuenta Felicita siente por las hermanas, es retribuido por ellas. “Esta fue la mejor decisión tomada por mis padres, pues llegué a un hogar lleno de risas, de compañerismo, de respeto y muchísimo amor, ahí tuve mi primera mejor amiga, y a la fecha de hoy es como una segunda familia para mí” dice Meylin al hablar de sus recuerdos en casa de ‘mami Pepa’.

Meylin se siente privilegiada por tener dos madres, y agradece que Felicita fuera la encargada de gran parte de su educación. “Recuerdo como se sentaba conmigo a hacer mis tareas, como me cuidaba cuando estaba enferma o me aconsejaba cuando era necesario. Me enseñó tantas cosas de las cuales estaré eternamente agradecida, y me enseñó que se puede amar como madre, aunque ese hijo no haya salido de tus entrañas”.

“Yo no me imagino una infancia feliz, sino hubiese tenido a mi mamá de crianza” dice Saiury, mientras recuerda la paciencia y dedicación que le tenía Pepa al alimentarla y como jugaba en el patio de la casa.

El agradecimiento por parte de Saiury es tal hacia “mami Pepa” que en su ingenuidad de niña como forma de agradecer el cuidado y amor brindado, le decía que cuando creciera le regalaría un millón de pesos.

“Yo siempre de niña le decía: mami cuando yo sea grande le voy a regalar un millón de pesos, y eso nunca se me olvida, porque yo no entendía porque alguien hacía eso por ti sin ser tu mamá; ahora cada vez que yo le regalo algo le digo, vaya descontándolo del millón, pero es relajando porque era una forma de agradecer” cuenta con un brillo en sus ojos que dejan ver el amor que siente por su madre de crianza.

Saiury recuerda como la unión familiar, los valores y principios que tenían en ese hogar las hicieron formarse a ella y Meylin como profesionales de éxito. Además agradece a su madre de crianza haberla cuidado con tanto amor, llevarla al médico y estar pendiente de sus necesidades.

Así como Meylin y Saiury conservan los recuerdos de quien las cuidó cuando eran pequeñas, otros niños establecen un vínculo tan fuerte con sus cuidadoras que se convierte en un lazo familiar. Las madres de crianza tienen un papel fundamental en la vida de los niños, se encargan del cuidado, alimentación y en parte de la educación de los pequeños y en ocasiones dejan a sus hijos naturales al cuidado de familiares para cuidar los niños de otras personas.

Una tribu de ayuda

La psicóloga Montserrat Bordas se apoya de la frase “toma toda una aldea criar un niño”, para explicar que las niñeras son un apoyo para las familias. “Las niñeras son parte de esa tribu tan necesaria para apoyar a madres y familias en la crianza de los hijos”.

Para las madres combinar el trabajo, los estudios, la crianza y educación de los niños y el cuidado del hogar hace necesario el soporte de personas que pueden ser o no parte de su núcleo familiar.

La experta dice que las responsabilidades que tienen las niñeras o cuidadora en relación a los niños varían de un hogar a otro dependiendo de las necesidades de cada familia.

En cuanto a sí las nanas deben tener límites en la educación de los pequeños, Monserrat asegura que lo más adecuado es educar a la niñera sobre la manera de enseñanza que tiene la familia y que en base a esto la cuidadora corrija a los infantes.

“Creo que en este sentido es importante educar a las niñeras con respecto a lo que es aceptable o no en cuanto al manejo de los niños que cuida y sobre todo modelar lo esperado de ellas hacia los niños. Pienso que necesitan instrucción y autorización para corregir, educar y poner límites dentro de las pautas establecidas por los padres, sobre todo fomentando el respeto en todo momento”, dice la experta.

Cambios de cuidadoras

La especialista indica que cuando una familia cambia constantemente de niñera sus hijos pasan por duelos de abandonos constantes que son reflejados en su conducta y estabilidad emocional.

“La realidad es que los niños se apegan a la figura que los cuida y todo cambio, especialmente cuando se trata de la ausencia de una persona, puede impactar profundamente a un niño e inclusive a toda la familia. Cuando una niñera que ha establecido un profundo vínculo de apego con un niño se va, es un abandono y los niños tienden hacer un duelo profundo” expresa y enfatiza que además esto va a depender de que tan apegado estaba el niño de la niñera.

¿Cómo escoger una niñera?

Muchas familias en la actualidad optan por contratar niñeras a través de agencias que se encargan de depurar a las colaboradoras del hogar, algo que no era común años atrás cuando solo se hacía por medio a referencias de amigos o familiares.

Andrea Ninoska, propietaria de la agencia de empleos y capacitación Happy Nannys RD, inició su empresa por el cariño que tiene a la que fue su niñera cuando era pequeña.

“Tengo muchos recuerdos de las empleadas domésticas que me cuidaron, una en específico, Selenia, que hoy en día mantenemos contacto”, dice Andrea al recordar una de las razones que la motivó abrir la agencia.

Andrea asegura que en República Dominicana es culturalmente aceptable que las familias cuenten con la ayuda de las niñeras, sin embargo, en Estados Unidos y Europa tener nanas es algo reservado para las familias muy adineradas.

Explica que al hacer un sondeo en una clase cuando estudiaba fuera del país, de un salón de 30 estudiantes, la única que creció con niñera fue ella, lo que le hizo entender el valor que tienen las empleadas domésticas .“Muchas veces estas empleadas no son tomadas en cuenta y lo vemos tan normal, que no entendemos que en otros países las personas pagan hasta cinco veces lo que nosotros pagamos aquí”, puntualiza.

Andrea recomienda que a la hora de buscar una colaboradora para el hogar, las familias realicen un proceso de depuración tanto de antecedentes delictivos como de experiencias de antiguos trabajos, para asegurar que esa persona sea la indicada para ser parte de ese hogar.

“Para contratar una empleada doméstica, especialmente si van a cuidar a tus hijos es muy importante saber el nivel de felicidad de la empleada”, dice al referirse a que hay varios factores dentro de los que están incluidas la competitividad salarial, y la relación con los empleadores que miden la felicidad de las colaboradoras del hogar y que es importante saber.

La propietaria de la agencia, resalta la importancia de valorar a las colaboradoras que llegan a la vida familiar y agradecerles por acoger a los niños del hogar como si fueran suyos.

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