Dos indicadores que debemos atender
La mortalidad materna y la infantil, sobre todo en la edad neonatal, son dos indicadores que el sistema de salud de República Dominicana tiene que seguir atendiendo.

Aunque los informes oficiales dan cuenta de una importante reducción en los casos de ambas muertes que se ha ido materializando en los últimos años, aún esas estadísticas evidencian fracaso.
Y, cuestionan también, la calidad de la atención, sobre todo cuando es altamente sabido que casi la totalidad de los partos ocurren en algún establecimiento de salud.
Toda muerte genera una pérdida dolorosa, pero cuando se trata de una madre durante el embarazo, el parto o postparto, se registra el quiebre de un hogar, el fin de una familia completa, y la de un recién nacido; no hay palabras que lo puedan definir.
Hasta el pasado 22 de marzo, las estadísticas del Ministerio de Salud Pública recogen 38 muertes maternas en lo que va de este año y 401 muertes infantiles, de las cuales, 349, es decir el 87%, corresponden a muertes neonatales, que son aquellas cuando ocurren en los menores de 28 días de nacidos.
Ambos indicadores muestran reducción en comparación con el mismo período del año pasado, cuando el sistema reportó 49 muertes maternas y 521 infantiles.
Causas conocidas
Las causas de muertes en ambos casos están bien identificadas y estudiadas en el país, problemas hipertensivos del embarazo, hemorragias e infecciones, en caso de las madres; dificultades vinculadas a la prematuridad y bajo peso, en los recién nacidos.
El último reporte indica, que en la semana epidemiológica 12; es decir, del 16 al 22 de marzo, se notificaron tres muertes maternas, correspondientes a mujeres de entre 16 y 31 años, así como 21 muertes infantiles, para un acumulado corresponde 401.
Tanto el Ministerio de Salud Pública como el Servicio Nacional de Salud (SNS) han estado poniendo los ojos en la problemática y desarrollando estrategias que van desde políticas de vigilancia y análisis de casos, hasta el fortalecimiento de los servicios obstétricos y neonatales, y capacitación del personal de salud, pero es evidente que aún no son suficientes.
Comienzos saludables
Hoy 7 de abril, cuando se celebra el Día Mundial de la Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo dedica precisamente a la salud materna y a la del recién nacido bajo el lema “Comienzos saludables, futuros esperanzadores”.
Con la celebración, el organismo ha informado que dará inicio a una campaña de un año de duración sobre la salud materna y del recién nacido, bajo dicho lema, e insta a los gobiernos y a la comunidad de la salud a intensificar los esfuerzos para poner fin a las muertes prevenibles de madres y recién nacidos, y a dar prioridad a la salud y el bienestar de las mujeres a largo plazo.
Dentro de la campaña, tiene previsto compartir información útil para apoyar embarazos y partos saludables, así como una mejor salud posnatal.
Los datos globales
Los datos globales desnudan la realidad, según las estimaciones actuales, cada año cerca de 300,000 mujeres mueren durante el embarazo o el parto, más de dos millones de recién nacidos fallecen en su primer mes de vida y millones más nacen muertos.
Si las tendencias actuales se mantienen, cuatro de cada cinco países seguirán estando lejos de alcanzar las metas de mejora de la supervivencia materna de aquí a 2030, y uno de cada tres no logrará las metas relativas a la reducción de la mortalidad neonatal.
Escuchar
En nuestro país, donde todos coinciden en que la mayoría de las muertes maternas son evitables, se hace preciso empujar acciones que apunten a mejorar la calidad de la atención y humanizar el servicio en la red pública, que es donde ocurren la mayoría de las muertes. Es bueno tomar en cuenta lo que dice la OMS que hay que “escuchar a las mujeres” y brindarle una atención de calidad que las apoye física y emocionalmente, antes, durante y después del parto.