el bulevar de la vida
Odiar en Friusa
En la marcha del domingo en el Hoyo de Friusa no ocurrió nada que lamentar, lo que vino a confirmar que la virgencita de la Altagracia existe y en Higüey reside.
Tal que, como se temía, la marcha fue un escenario demasiado tentador para que servidores del peor “pasado en copa nueva” no lo aprovecharan para proyectar sus legítimas aspiraciones a partir de ilegítimos comportamientos y escatológicos discursos, sabedores de que por su capacidad para convocar al caos y llamar al diablo, la impunidad les está garantizada. (En nuestra democracia siempre ha sido más importante ganar elecciones que pensar en las futuras generaciones).
El grupo convocante, que ante el grupo infiltrado exhibió un comportamiento relativamente ejemplar, tuvo sus 15 minutos de fama, que en algunos años podrían ser todo un periodo de gobierno o dos. No olvidemos que en Argentina hay un presidente que habla con sus perros fallecidos, y en el institucional y modélico Estados Unidos del norte del continente americano, un señor convicto ganó las elecciones presidenciales.
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