La tarifa del peaje: ¿Un costo o una inversión para nuestras carreteras?

En nuestra calidad de gestor fiduciario del fideicomiso público RD-Vial, quisiera compartir a manera de preguntas y respuestas, algunas consideraciones sobre la reciente nivelación tarifaria anunciada por el gobierno.

De entrada, cabe precisar que todo contrato de largo plazo, y toda transacción que tendrá permanencia en el tiempo necesita establecer ajustes para hacer frente a los hechos económicos que se suceden con los años. Las tarifas fijadas para el peaje no son ajenas a estos requerimientos propios del devenir del tiempo.

¿Por qué no podemos simplemente mantener las tarifas de peaje como están?

Las tarifas actuales no reflejan los costos reales de mantenimiento y operación de las carreteras. Desde 2013, el fideicomiso RD Vial estableció que las tarifas se ajustarían cada cinco años según la inflación. Sin embargo, en 2021 no se realizó este ajuste, generando un déficit acumulado que limita la capacidad del sistema para sostenerse y expandirse.

Imagínate que tienes un vehículo que no recibe mantenimiento durante años. Los pequeños problemas que podrías haber solucionado con poco dinero se convierten en reparaciones costosas, o incluso, en la necesidad de reemplazar el automóvil. Lo mismo ocurre con las carreteras.

¿Cómo manejan otros países sus peajes?

En Chile, las tarifas de peaje se ajustan anualmente en función de la inflación y pueden incluir aumentos adicionales para financiar nuevas obras. En Colombia, el Ministerio de Transporte revisa periódicamente las tarifas para garantizar la calidad y seguridad de las carreteras concesionadas.

En Panamá, cruzar la autopista Panamá-Colón cuesta entre 170 y 280 pesos dominicanos. En Colombia, algunas carreteras concesionadas tienen tarifas que superan los 380 pesos. Incluso con el ajuste propuesto en República Dominicana, nuestras tarifas seguirán siendo considerablemente más bajas.

¿Qué incluye el mantenimiento de una carretera, más allá de reparar el asfalto?

El mantenimiento vial incluye una variedad de elementos esenciales, como señalización, iluminación, drenaje, seguridad vial y tecnologías para agilizar el tránsito, como los sistemas de telepeaje. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los costos de mantenimiento oscilan entre el 2% y el 4% del costo total de construcción por año. En una autopista con alta demanda, las estaciones de peaje necesitan no solo mantener el pavimento en buen estado, sino también garantizar que la iluminación sea suficiente, que las señales sean claras y que las vías de emergencia estén operativas. Todos estos elementos contribuyen a una experiencia más segura para los usuarios y que debemos tener implementados en todas nuestras vías.

¿Qué implica el ajuste establecido?

El ajuste busca nivelar las estaciones de peaje que actualmente cobran 60 pesos, llevándolas a 100 pesos. También incluye un aumento proporcional para vehículos como motocicletas, autobuses y camiones. Esta medida corrige disparidades en las tarifas y asegura que todas las estaciones reflejen los costos reales de operación.

Actualmente, hay estaciones con tarifas significativamente más bajas que otras, incluso en vías de alta demanda y costos operativos similares. Esto genera desigualdades que afectan la sostenibilidad del sistema.

¿En qué se invierten los fondos generados por los peajes?

Los recursos del fideicomiso RD Vial se utilizan para proyectos estratégicos como la construcción de circunvalaciones, rehabilitación de carreteras principales y la implementación de tecnologías avanzadas para agilizar el tránsito.

Gracias a este modelo, se han financiado proyectos como la circunvalación de Baní, la ampliación de la Avenida Ecológica y la rehabilitación de la Carretera Duarte. Estas obras reducen los tiempos de viaje, benefician al comercio y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos.

¿Qué pasa si no ajustamos las tarifas?

No ajustar las tarifas ahora resultará en mayores costos a futuro. Las carreteras deterioradas incrementan exponencialmente los costos de rehabilitación y representan un riesgo para la seguridad de los usuarios. Según la OMS, el mal estado de las vías es una de las principales causas de accidentes de tránsito.

En países en desarrollo, las carreteras deterioradas no solo aumentan los tiempos de viaje, sino que también contribuyen a la pérdida de vidas humanas. En términos económicos, el costo de rehabilitar una carretera deteriorada puede ser hasta cinco veces mayor que el de su mantenimiento preventivo.

Las decisiones responsables que tomemos hoy definirán la calidad de nuestras carreteras en el futuro. El ajuste en las tarifas de peaje no debe verse como una carga económica adicional, sino como una herramienta indispensable para garantizar un sistema vial seguro, eficiente y sostenible. Es la decisión correcta para mantener y mejorar la infraestructura esencial por la que transita nuestro desarrollo.