Reverencia, reconocimiento y sentido de la historia
Los 90 años de presencia salesiana en República Dominicana es la ocasión de volver la vista atrás para inclinarnos y reconocer a tantos salesianos y laicos que han entregado sus mejores días y esfuerzos por la misión salesiana. Hoy conmemoramos y desciframos todos esos sucesos como historia de salvación y como presencia de Dios.
El 8 de octubre de 1993 en un discurso de graduación de los egresados del Instituto Técnico Salesiano, Santo Domingo, el P. Julio Soto se dirigió a ellos en estos términos: “Vuelvo la vista hacia atrás, no por nostalgia, la cual es muy humana, sino con reverencia para agradecer a quienes nos han precedido. La vida no es solamente proyección hacia el futuro. Otros sembraron lo que todos hemos ido cosechando. Quien mira sólo hacia adelante pierde el sentido de la historia: ni siquiera intuye por qué mira en esa dirección”.
La década del 1870 constituyó para la República Dominicana y para la Iglesia un período de turbulencia, inestabilidad y desazón. Políticamente, muchos la bautizaron como una etapa funesta por la inestabilidad, las pugnas, las traiciones y la sucesión continua de mandatarios.
Por otra parte, la Iglesia Dominicana presentaba, también, serias dificultades económicas y de gobierno: no había arzobispo desde el 1865 y estaba siendo acompañada por un delegado de la Santa Sede, quien era a su vez, Vicario Apostólico. Nos referimos al religioso capuchino, promotor cultural, educador y escritor italiano, Rocco Cocchia, quien había llegado al país, el 19 de septiembre de 1874 y un año después fue consagrado obispo. Él dejó un gran legado a la Iglesia Dominicana.
En 1876, Mons. Cocchia, había visitado a Don Bosco, en Turín, y le solicitó que enviara a sus salesianos a la Patria de Duarte para que se hicieran cargo del seminario. Pero, la difícil situación política y social impidieron su llegada y se engavetó la petición. No fue, sino 54 años después que arribó el primer salesiano, P. Ricardo Pittini, con la indicación de fundar una Escuela profesional, radicándose definitivamente en el país, el 6 de febrero de 1934.
En 1935 llegó el director de la “Escuela Salesiana de Artes y Oficios”, en el actual Colegio Don Bosco de Santo Domingo. El 26 de agosto del mismo año, el P. Pittini, recibió el primer grupo de salesianos, quienes trabajaron arduamente. Posteriormente, el 30 de enero del 1940, fue inaugurado el templo San Juan Bosco. Fue así como la obra salesiana inició su expansión por el país, hasta el día de hoy.
Vaya nuestro agradecimiento a todos aquellos que en el pasado y en el presente han sumado y sumarán, tanto efectiva como afectivamente, a la misión salesiana en tierra quisqueyana. Vaya, asimismo, nuestra salutación, reconocimiento y oración por todos los laicos que han trabajado hombro con hombro junto a los salesianos de la primera hora, del presente y del futuro. Nos comprometemos a continuar abriendo surcos y plantando la semilla del Evangelio, de la educación, del compromiso pastoral del Carisma salesiano.