Agua de mar en las piscinas: la polémica solución para la sequía en Grecia

En concreto, el proyecto da la posibilidad a los hoteles a instalar tuberías para la extracción y bombeo de agua del mar a sus piscinas

Ola de calor en Grecia

Una mujer posa para una fotografía frente a las estatuas de cariátides que sostienen el pórtico del siglo V a.CAP

Los hoteles de las turísticas islas griegas, visitadas por millones de personas cada año, pueden empezar a partir de este verano a llenar sus piscinas con agua del mar, según contempla un polémico proyecto de ley que se debate en el Parlamento de Grecia.

La nueva legislación, que quiere atajar la escasez de agua a la que se enfrentan las islas griegas -en parte, por el empeoramiento de la sequía y el aumento del turismo-, tiene como objetivo "ofrecer la posibilidad de ahorrar agua que podría destinarse a otros usos urbanos".

En concreto, el proyecto da la posibilidad a los hoteles a instalar tuberías para la extracción y bombeo de agua del mar a sus piscinas.

La viceministra de turismo, Elena Rapti, anunció el pasado lunes los detalles del nuevo reglamento que, según recalcó, elimina los obstáculos legales existentes para bombear agua del mar a piscinas privadas.

"Este proyecto de ley regula el marco para la extracción de agua del mar y su bombeo para piscinas. El objetivo, por supuesto, es conservar los recursos hídricos”, señaló Rapti en un comité parlamentario.

El pasado verano muchas islas turísticas, como Mikonos, Santorini, Sifnos, Leros, Creta o Cefalonia, afrontaron serios problemas de escasez de agua debido a una prolongada sequía que vació los embalses en medio de la alta temporada turística.

No obstante, los expertos indican también que en Grecia faltan infraestructuras críticas para almacenar agua, como presas y otras instalaciones, y destacan la existencia de un sistema de redes de suministro anticuado que pierde hasta el 50 % de este recurso.

Respecto al nuevo proyecto de ley, han alertado de que la "huella" medioambiental de la normativa podría ser mayor que sus posibles beneficios.

Ilias Nokas, director del departamento de Gestión de Aguas en la región del Egeo del sur, señaló en el diario griego Kathimerini que la legislación no contempla eliminar el cloro del agua salada antes de su vertido al mar tras ser usada en las piscinas.

"Ese agua, tras la adición de un producto químico, debería tratarse como residuo", recalcó Nokas, y añadió que el proyecto prácticamente permite a cada hotel instalar una tubería hasta el mar, lo que "plantea muchos riesgos en un país donde no hay controles".

Además de la degradación estética, con la instalación de tuberías existe el riesgo de que no se usen solo para verter el agua de la piscina, sino también otras aguas residuales al mar, un práctica habitual de muchos hoteles, según el experto.

Asimismo, Nokas precisa que la contribución de las piscinas al problema de la escasez de agua no es tan importante, ya que incluso en islas con muchas piscinas, como Paros o Mikonos, no representa más del 5 % o 6 % del consumo total.

"Se utiliza mucha más agua para regar los jardines por lo que sería más eficaz una regulación que obligue a los grandes hoteles instalar sistemas de purificación y reutilización de este recurso", apunta.

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