Abinader : Rey de lo Institucional
Desde antes de asumir por primer vez la Presidencia de la República ya el Presidente Abinader hablaba de transformar el régimen institucional del País. Su discurso, enérgico e incesante, fundamentalmente se afirmó en la necesidad de edificar un poder judicial-constitucional autónomo, un procurador general independiente, una cámara de cuentas soberana, un poder legislativo totalmente emancipado aunque reducido en su condición numérica. Su programa de gobierno fue labrado para que en un eventual gobierno suyo una fortuita modificación constitucional sirviera, entre otras cosas, para que en las propias entrañas de la carta magna se fortaleciera, de una vez por todas, el atributo del jus sanguini, como principio cardinal de la nacionalidad dominicana. Cuando en el 2019 se erigió como líder de la oposición predicó la variable de fusionar y corregir para siempre, la dualidad y el desdoblamiento de numerosas instituciones estatales que por sus características y afinidades de funciones no solo entorpecían entre si su misión sino que se constituían en baluarte de una polilla oficinesca y por ende en una carga dispendiosa en la nomina del presupuesto público. Para muchos doctrinarios, e incluso en numerosas discusiones académicas, ya se empieza a distinguir el período gubernamental de Abinader como el legado de una época de pura