Enfoque
El tiempo en salud: Reflexiones desde la relatividad
El tiempo es un recurso finito y su impacto en la salud no puede subestimarse. Desde la teoría de la relatividad de Einstein hasta las realidades humanas de las enfermedades tiempo-dependientes, cada segundo cuenta. En la película del 2014 “Interstellar” basada en conceptos de relatividad del tiempo y dilatación temporal, en una escena el protagonista “Cooper“(Matthew McConaughey) viaja a un planeta cerca de un agujero negro que sufre de una dilatación temporal extrema: una hora allí equivale a siete años en la Tierra. Luego de la misión el equipo regresa a la nave orbitando, y descubren han pasado 23 años en tiempo terrestre mientras para ellos solo pasaron horas teniendo que enfrentar las consecuenciasde todo esos años perdidos. Este fenómeno refleja cómo el tiempo, dependiendo de las circunstancias, puede alterar vidas de manera irreversible, un paralelismo perfecto con la urgencia del tiempo en la salud.
Similarmente, en el ámbito de la salud, el tiempo puede dilatarse o contraerse dependiendo de la perspectiva. Para un sistema de salud, una demora de horas o días puede parecer insignificante; para un paciente crítico, esos mismos minutos pueden representar la diferencia entre la vida y la muerte. El tiempo en la salud, por tanto, no es un recurso técnico: es una dimensión ética y profundamente humana que debemos aprender a valorar y proteger.
Hablando de esa relatividad, en la República Dominicana, donde la expectativa de vida es de 74.14 años, cada año de vida representa un 1.35% de ese total, pero cuando cumples 65 años, ese mismo año de vida representa un 11.11% de tu vida esperada. De igual forma para un paciente al que se le pronostican tres años de vida, un año representa el 33.33% de su tiempo de vida restante. Y para alguien que enfrenta una emergencia médica con solo una hora para actuar, esos 60 minutos determinan el futuro de toda su existencia. Esta realidad nos obliga a reflexionar profundamente sobre cómo gestionamos el tiempo en los sistemas de salud y cómo valoramos la vida de los pacientes.
En los últimos años, he acompañado a familiares y amigos en sus luchas contra el cáncer, una batalla que redefine la percepción del tiempo. Para un paciente perder nueve meses en trámites burocráticos con seguros o demoras administrativas no es simplemente un problema del sistema: es una pérdida devastadora de su vida restante, que de seguro preferiría pasar con actividades mas productivas y de mayor significado personal.
Estas experiencias me han llevado a reflexionar sobre la ética del tiempo en la salud. ¿Cómo puede un sistema que promete cuidar la vida justificar estas pérdidas? La ineficiencia, la falta de recursos y la falta de coordinación roban tiempo a los pacientes, y con ello, les arrebatan su dignidad.
Como especialista en emergencias y profesor de salud pública, me compete hablar de condiciones tiempo-dependientes donde el tiempo es la diferencia entre la vida y la muerte:
Accidentes cerebrovasculares (ACV)
"Tiempo es cerebro." Cada minuto perdido sin trombólisis equivale a la muerte de millones de neuronas, reduciendo las probabilidades de una recuperación funcional.
Infartos agudos de miocardio (IAM)
El tiempo es crítico para salvar el músculo cardíaco. Los retrasos en la administración de una angioplastia primaria pueden llevar a insuficiencia cardíaca crónica o muerte.
Sepsis
Una condición que exige intervenciones rápidas con antibióticos y soporte vital. Cada retraso incrementa drásticamente la mortalidad.
Trauma
La "hora dorada del trauma" dicta que una atención temprana y coordinada puede prevenir muertes evitables y reducir complicaciones graves.
Cáncer y otras enfermedades “terminales”
Estos seres humanos están en cuenta regresiva, su vida “contrayéndose” cada vez mas de forma que todo esfuerzo de atención debe necesariamente contemplar y ser sensible a esa relatividad y fragilidad de su existencia.
Lecciones internacionales
Desde el 1999 trabajo en Estados Unidos, donde en 1968 nace la especialidad de medicina de emergencias como una necesidad a la imperativa del tiempo de atención como elemento de la salud pública.
En 2023, como director médico/consultor del Departamento de Salud de Abu Dhabi, tuve el privilegio de trabajar la creación de un sistema integral para condiciones tiempo-dependientes. Este modelo conectó la atención desde la comunidad hasta las atenciones agudas en el hospital y la rehabilitación, con un flujo continuo y coordinado, priorizando las necesidades del paciente por encima de la burocracia.
En la República Dominicana, las desigualdades en el acceso a la salud exacerban los problemas relacionados con el tiempo. Mientras que algunos pacientes tienen acceso a tratamientos de vanguardia, otros enfrentan interminables esperas. El tiempo en la salud no debería depender del nivel socioeconómico, del rico al pobre, todos merecen recibir atención basada en los mejores estándares internacionales.
El tiempo no es solo una dimensión física o un recurso administrativo: es la base sobre la cual se construyen las vidas y las esperanzas en un sistema de salud. Cada segundo que un paciente pierde en burocracia o ineficiencia representa una fracción de vida robada a un ser humano. Como sociedad, debemos reconocer el tiempo como un derecho humano esencial. Reformemos nuestros sistemas de salud para que sean sensibles al tiempo, equitativos y éticos. Porque cada vida, independientemente de su contexto o recursos, merece ser vivida con dignidad.