Pensando

Nuestra visión

En la vida no hay mayor satisfacción que transitar nuestro camino ocupando el lugar que nos corresponde, ese lugar libre de adulonerías y oportunismos, donde la inversión del sacrificio para crecer debe recibir las oportunidades que el talento, la consistencia y la capacidad de desarrollarnos, no atropelle ni obstaculice a los que sueñan con nuestros sueños. Progresar sin negociar el honor y la dignidad es la mejor vía para derrotar a aquellos que interfieren nuestros propósitos, que terminan siendo víctimas de sus propias miserias. No es honorable pisotear la incapacidad del que teme, no es virtuoso insultar la ignorancia, es preferible instruir al insolente mediocre para conquistar las metas. El que carece de valentía para ascender, frustra su victoria. Las posiciones y conquistas que vamos logrando deben servirnos para multiplicar nuestro respeto; valorando lo que nos rodea, aprendiendo de las diferencias conceptuales y apreciando a las personas por su honestidad y educación. Las limitaciones en los principios terminan por despedir de manera lastimosa a quien se descalifica por la mediocridad de sus acciones. La vida tiene su tiempo para poner las cosas en su justo lugar. No hay mayor satisfacción que transitar en el carril que nos pertenece, porque al mirar hacia atrás, siempre veremos el espacio de los derrotados. Luchemos contra la malversación de los recursos del patrimonio, contra el irreverente de la autoridad por sus influencias, el exhibicionista de lo mal habido y el impune, dueño y señor de la justicia. Conquistemos nuestro crecimiento personal y el de los demás.

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