FIGURAS DE ESTE MUNDO
El reino divino
En cierta ocasión, Pedro y sus compañeros fueron á reunirse con Jesús, y cuando lo encontraron, dijeron: “Todos te buscan”. Estos le imploraban con insistencia que regresara a Capernaúm , a fin de aprovechar la animación generada por la noche anterior de mensajes y milagros. La muchedumbre quería verlo de nuevo haciendo señales. Pero Jesús no se dejaba tentar por la creciente popularidad ni por las expectativas de la gente.
“Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido”, dijo. A continuación recorrió toda Galilea, anunciando el evangelio del reino de Dios en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios. El evangelio que Él anunciaba, el del reino de Dios, no era local, sino universal, y no era temporal, sino eterno. El reino de Dios –enseñó el Señor- consiste en la capacidad o potestad del Supremo Hacedor para hacer su santa voluntad. En cada corazón donde se acepta el designio de Dios y se pide, como Cristo: “Venga tu reino” y “Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo”, y también “…no se haga mi voluntad, sino la tuya”, el reino de Dios ha empezado.