Clave para mejorar aprendizaje en aulas
En los últimos años, la educación en República Dominicana ha enfrentado el reto de mejorar los resultados de aprendizaje en las aulas, un aspecto que ha cobrado mayor relevancia a la luz de los resultados obtenidos en pruebas estandarizadas internacionales, como PISA en el 2022; TERCE y ERCE, en el 2019. Aunque estos exámenes no son el único indicador del progreso educativo, sí ofrecen una valiosa perspectiva sobre el rendimiento de nuestros estudiantes en comparación con otros países. En este contexto, es necesario fortalecer las prácticas educativas dentro del aula, y la evaluación formativa puede ser uno de los caminos para alcanzar este objetivo.
La evaluación formativa es un proceso continuo y dinámico que busca mejorar el aprendizaje de los estudiantes durante su desarrollo académico. Autores como Black y Wiliam (2011) la han considerado como una de las herramientas más eficaces para mejorar la calidad educativa en todos los niveles. A diferencia de la evaluación sumativa, que mide el conocimiento adquirido al final de un periodo lectivo, la evaluación formativa se lleva a cabo durante todo el proceso educativo y se caracteriza por la retroalimentación constante, la identificación de necesidades de aprendizaje y la promoción de la autoevaluación y la coevaluación.
En el país, la implementación efectiva de la evaluación formativa en las aulas se alinea con los objetivos de mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje, pues permite a los docentes ajustar su enseñanza de manera oportuna y eficaz, brindando a los estudiantes la oportunidad de identificar sus fortalezas y áreas de mejora.
Algunos de los principales beneficios de la evaluación formativa son su capacidad para proporcionar retroalimentación inmediata a los estudiantes; y permitir a los docentes identificar problemas individuales o grupales, y abordarlos de forma específica y personalizada. Esto es especialmente relevante en un contexto educativo como el dominicano, donde las pruebas internacionales han puesto en evidencia la necesidad de transformar la práctica pedagógica para mejorar el aprendizaje.
Además, la evaluación formativa fomenta el desarrollo de habilidades metacognitivas en los estudiantes, quienes, a través de herramientas como la autoevaluación, además de recibir información sobre su rendimiento, reflexionan sobre su propio proceso de aprendizaje. Este enfoque promueve una mayor autonomía, que es clave para el éxito académico a largo plazo.
Para implementar una evaluación formativa efectiva, los docentes cuentan con diversas herramientas que les permiten monitorear el aprendizaje de los estudiantes. Entre las más comunes están los cuestionarios diagnósticos, que facilitan la evaluación rápida de la comprensión; los portafolios, que documentan el progreso del estudiante a lo largo del tiempo; los mapas conceptuales, que ayudan a organizar y visualizar el conocimiento; y las discusiones en clase, que fomentan el intercambio de ideas y la retroalimentación inmediata, permitiendo aclarar dudas de forma colaborativa.
A pesar de sus beneficios, la evaluación formativa enfrenta desafíos, como el esfuerzo adicional que puede implicar para los docentes durante el proceso de clase. Esto puede aliviarse con el uso de herramientas digitales, lo que facilita la recolección y análisis de datos. Otro desafío es la resistencia al cambio de métodos tradicionales por parte de docentes y estudiantes. Para superarlo, se necesita capacitación constante y recursos que faciliten su implementación. A medida que el país busca mejorar sus resultados en pruebas estandarizadas internacionales, es fundamental no perder de vista la importancia de lo que ocurre dentro del aula. Al permitir una retroalimentación constante y ajustar las estrategias de enseñanza según las necesidades individuales, la evaluación formativa no solo mejora el aprendizaje de los estudiantes, sino que también contribuye a una transformación más amplia del sistema educativo. Si bien el camino hacia una mejora educativa sostenible es largo, la evaluación formativa representa un paso esencial en la dirección correcta, al poner el énfasis en el proceso de enseñanza-aprendizaje y no solo en los resultados finales.
Director de la Escuela de Educación de la UNPHU