el bulevar de la vida

El gobierno y Marola

Fue Luis Días quien -iluminado- escribió para cantarle a la Marola de sus desventuras lo que sigue: “Del colchón de tú dormir/ yo quisiera ser la lana/ pero uno no se pue dir con toa la sed a la tinaja”. Aunque el verso fue escrito para que fuera útil al infeliz enamorado, bien se podría extrapolar al gobierno dominicano que acostumbra a ir con demasiada sed a la tinaja de la opinión pública, obviando que ya vivimos en el reinado de la posverdad, donde a la mentira se le llama “verdad alternativa”.

Si a lo anterior le sumamos la doblez de parte de la ciudadanía, más la desmemoria conveniente de nuestra clase política -según esté o no en el gobierno- comprenderemos mejor nuestras carencias ciudadanas e institucionales. Con demasiada sed ha bebido el gobierno en la tinaja política de una reforma fiscal, sin antes socializarla debidamente con sectores y con expertos.

Así, en 2023 retiró del Congreso el proyecto de explotación y tráfico ilícito de migrantes; luego ocurrió igual con la resolución del Ministerio de Administración Pública (MAP) que restringía el ingreso o movimientos de personal y reajustes salariales en la administración; como se ordenó detener anunciadas alzas de la tarifa eléctrica; se retiró el proyecto de ley contra la ciberdelincuencia, se aplazó el conocimiento del contrato de fideicomiso de Punta Catalina, y se suspendió el plan de expendio de carnets “a los ciudadanos extranjeros que residen en zonas fronterizas y que ingresan al país durante el día sin intención de quedarse”. La próxima posposición podría afectar a la reciente circular del MAP que solicita a los empleados públicos presentar las facturas de pago de los servicios públicos de agua y luz, con lo correcto que es predicar con el ejemplo.

El gobierno debería escuchar más a Marola, meditar/madurar más sus decisiones, evitar saltar sin red en el circo del cinismo y la desmemoria que es hoy la política en nuestras democracias, al punto de que, “a esta hora exactamente”, Estados Unidos podría hacer comenzado a elegir como presidente a un sentenciado delincuente que miente conscientemente, ofende a las damas, humilla a los pueblos trigueños y mulatos, y odia a los negros como si del KKK fuera.

Ante tal panorama, es una tentación quedarse en Salinas para olvidarse del mundo y poder rogarle a Marola cada mañana: “del colchón de tú dormir/ yo quisiera ser la lana”.

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