FIGURAS DE ESTE MUNDO

Como paja en el viento

Es bienaventurado el hombre o la mujer que se rige por la palabra de Dios como regla de sus acciones, y fuente de su consuelo. Es feliz la persona cuya delicia está en la ley de Jehová, y en ella medita de día (tiempo de alegría) y de noche (tiempo de tribulación). Por eso es como un árbol fértil y útil plantado a la orilla de un río, y su hoja es perenne porque “toda carne es heno, y el esplendor del hombre es como flor del campo; el heno se seca y la flor cae, mas la palabra del Señor permanece eternamente”.

Esa persona da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae, y todo lo que hace prosperará. En otras palabras, todas las cosas que aquel árbol produce, sus hojas y frutos, esto es, palabras y hechos, serán bendecidos.

Si el justo es como "un árbol plantado junto a corrientes de agua...", no así los malos, que son como "tamo (paja) que arrebata el viento". El contraste con los buenos debería ser "un árbol marchito por la sequía", pero el salmista degrada al impío a la condición de una paja arrastrada por el viento. De modo que, en el día del juicio, el malo perecerá como tamo que se lleva la brisa. (Ver Salmo I).

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