El gran disidente: El pueblo dominicano
Sé que nos gusta la paz y que exista el orden y no reine la anarquía abierta en suelo dominicano.
Nadie desea que el suelo patrio se vuelva a convertir en un campo de tiro, aunque hace rato que la policía nacional, la DICRIM y las patrullas mixtas, ASESINAN SUPUESTOS sospechosos, en lugar de apresarlos y someterlos a la justicia.
Pero este acto criminal, consistente y establecido como política criminal de estado por el mal llamado gobierno del cambio, no es el tema del que les quiero tratar en el día de hoy.
No dudo de que tendré que ser insistente al refrescar algunos temas, que de forma obligada tienen que aflorar, pero es que al parecer, no queremos reconocer la fragilidad de esto que en dominicana llamamos democracia.
Los denominados retos sociales que los hipócritas de la política, de todos los partidos políticos, insisten en señalar, para indicar la importancia de la educación, es inevitable tocarla, pero no desde la perspectiva sana y conveniente de la búsqueda de esa verdad que liberta a los pueblos.
No, sino para dejar claro, que el propósito real de estos bandidos de la partidocracia nuestra, han instituido y en el fondo sostienen a conveniencias borregas, todo lo contrario.
Mantener a la población sin juicio crítico, sin posibilidad de la búsqueda de la verdad, sin capacidad investigativa, para crecer como personas y claro, con el mal sabor que queda a los que lo logran, al darse cuenta que nos han gobernado rufianes, cuatreros, bandidos, asesinos, y malditos, dignos de ser establecidos en el cuadro de honor de los grandes carteles de la cosa nostra.
Me gusta aquella expresión solidaria y valiente que de seguro aplaudió mucha gente, aunque tal vez ya su emisor olvidó: cuatreros, forragidos, ladrones, bandidos, asaltantes, estafadores, mentirosos, burladores, engañadores, hipócritas, rufianes una la lista plausible e interminable de epítetos que describen la tremenda y maldita realidad de nuestros políticos.
Recuerdo también a algunos gladiadores de la pulcritud y de la ética y de las luchas sociales, todos callados hasta el más allá, aunque algunos han vuelto, no sé si por razones de salud, o para hacer su parte, en esta estoica caminata hacia la destrucción indetenible de la república.
Hoy se anuncia al país, con bombos y platillos, que la comisión que terminará de lapidar la suerte soberana del pueblo dominicano, ha terminado su trabajo para modificar la constitución, sin el permiso del Soberano Mandante.
Que se votará en una sola lectura, en el mal llamado hemiciclo senatorial, pues en el fondo es el Gran Sello Goniógrafo de la Traición y Apostasía Democrática y de la Soberanía Nacional.
Siendo el 95% de los traidores adscritos al partido, que ha mostrado la peor la gestión de gobierno desde el 1961 a la fecha.
Pero además, se somete a la consideración de estos protegidos , inmunizados y aliados de Alibaba y todo lo que luzca ser del Medio Oriente, la inclusión en el Consejo Nacional de la Magistratura, al presidente del Tribunal Constitucional siendo este también seleccionado por dicha comisión constitucionalmente.
Se ha comunicado también y es el tema que nos motiva a volver a ensuciar con palabras algún lienzo de papel, que la “oposición” emitirá un informe disidente sobre la propuesta de reformas a la constitución, que será sometida en los próximos días a la asamblea revisora.
Parece una burla, que la oposición asuma esta tarea con tanta docilidad. Muestra realmente que aquel enunciado que hemos sostenido por meses es cada vez más cierto: EL PAIS NO TIENE DOLIENTES.
Luce ser que asistimos a la institucionalización de una cofradía política, evidentemente en contra de la nación, pues es más importante, no salir perjudicados con el achatamiento de la nómina congresual, y seguir embarrándonos con el barrilito y otros dineros sucios en maletines preciados, que defender como se hizo antes de la elecciones del 2020, cuando se mostró claramente, que no valían principios democráticos ni patrióticos, y se festinó y se llamó hasta a la injerencia, para no permitir que Danilo Medina usando el congreso que le favorecía, modificara la constitución de la república y degustara nueva vez una aleta de tiburón podrido.
Ese pedazo de papel, modificado por líderes para el mal, está a punto de convertirse en el principal enemigo de la patria. Pues al parecer, seguir adelante con la agenda 2030, 2050, ahora pacto de futuro y la Oligarquía de Davos, será más importante en el Matrix Point, que hacer que las nuevas generaciones se sientan orgullosos de ser verdaderamente dominicanos.
Pero el pueblo dominicano no solo no tiene dolientes, sino que los que aparentan serlo, en el fondo podrían estar actuando más como comodines, como contra peso, para aparentar que vivimos en democracia, y otros ser verdaderos mercenarios de la podredumbre de nuestra política, “a mí, lo mío”, así decía un comercial años atrás. La República Dominicana de forma apresurada esta en agonía. Sus captores que parte de ellos hoy gobiernan la nación, no tienen buenas intenciones para el progreso verdadero de nuestro pueblo.
Todos sin excepción, gobierno y oposición, se han aliado en el vil propósito de beneficiarse de una partidocracia corrupta y corruptora, sin importar que todos los platos rotos los tenga que pagar el pueblo dominicano. Aprendieron a beneficiarse con la estafa perenne, impune y luego inmune, al pueblo dominicano.
Esta todo fríamente calculado, el plan de destruir la nación es perfecto, sin huecos, los actores han sido fríamente seleccionados, pagados y comprometidos, cada quien tirando de algún hilo que pende en los aires de la nación, pero que al tirar todos juntos, se caerá encima de todos nosotros la gran casa que es la República Dominicana.
La clase política está matando nuestro pueblo y también a los pueblos de Latinoamérica. Fue sorprendente la ponencia hecha por el presidente Gustavo Petro ante los representantes de los nuevos señores feudales ante la ONU.
Está clarísimo que en nuestros pueblos no existe democracia, sino un timo absurdo pero abusivo de todos nuestros nosotros, y verdaderos encantadores de serpientes, serviles al interés de la codicia y del dinero, pero jamás al servicio de sus naciones.
Ya lo había dicho en su toma de posesión valientemente otro presidente latinoamericano y ya saliente, me refiero a AMLO, cuando planteaba la necesidad de que nuestros pueblos, no solo respetaran el principio insoslayable de Juarez, al referirse al respeto al derecho ajeno, sino que además alzó la bandera del Soberano Mandante, al establecer: que terminaba la era donde se tenían gobiernos ricos y países pobres.
Pero mientras soldados de la verdadera democracia agitan sus banderas por el mundo, sin ser oídos, pues solo se oyen las arengas de los codiciosos mercenarios y lacayos, nuestro país representado por intereses no nacionales, se suma a los criterios de la ONU y de Davos, olvidando, que la retaguardia de mella está vigente y es invencible.
Que no existen tanquetas ni órdenes superiores que pueda detener ese corazón duartiano, latiendo sin parar hasta la victoria final. La nueva restauración de la república está cerca, con o sin un libanes al timón, de eso no les quepa la menor dudas.
El pueblo dominicano es el gran disidente de sus reformas presidente. Usted ni su reelecto gobierno tiene la legitimidad para imponer al 70% de la población que no voto o le voto en contra, para hacer cambios que intenten modificar para siempre sus vidas.
El Soberano Mandante es el aliado principal de la Invencible Retaguardia de Mella. El Corazón Duartiano aporta toda la sangre necesaria, para hacerle entrar en razón o para que deponga sus intereses supranacionales y se convierta en un verdadero presidente del interés nacional.