Transferencia de afiliados entre regímenes de pensiones,conversando con Carolina Serrata
Dado al liderazgo institucional que la caracteriza, LaSemanal del pasado 16 de septiembre colocó en la atención y agenda públicas el tema de los ahorros, eliminaciones y fusiones institucionales que el gobierno del Presidente Abinader propondrá por ley para que rijan, probablemente, a partir del año 2025 o 2026, bajo el título “Reestructuración y racionalización de la Administración Pública”.
Así, en el país —y, dentro de él, nosotros—, sectores, actores, figuras y opinóbulos han externado sus consideraciones al respecto, para que la balanza no quede inclinada —por efecto del poder que por su proximidad al Presidente Abinader pudieran haber adquirido— a favor de las visiones férreamente economicistas del funcionariado “técnico”, de rasgos tecnócratas y del poder empresarial fáctico, creando riesgo de aportar deshumanización a las decisiones nacionales de la gestión y funciones públicas capaces de mejorar o empeorar la capacidad, idoneidad, calidad y eficiencia del servicio y gastos públicos a favor de las mayorías y de las actividades económicas, industriales, manufactureras, agrícolas y culturales que la estructura y rasgos dominantes de la economía nacional han puesto históricamente en desventaja competitiva.
Actividades que, por más iniciales o en ciernes que pudieran estar, o por el bajo nivel de aporte al PIB que reporten, en vez de ser castigadas con restricciones presupuestarias y funcionales deben ser apoyadas ya que, como dice el argot popular, “grano a grano llena la gallina el buche”, uno que en la actualidad refiere al capital y riqueza netamente nacionales, dominicanos, en peligro de extinción, como se sabe.
Haciendo un alto en ese campo sobre el cual otro día retornaremos, avanzamos al que en ese momento concitaba interés por el rumor de que la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados al SDSS, mejor conocida por su acrónimo Dida, sería eliminada del Sistema Dominicano de la Seguridad Social (SDSS). Nos motivó, en este ámbito, un aspecto concreto: las pensiones de los empleados públicos.
Visita a y conversando con la directora de la Dida
Con el interés de conocer al respecto, visité a la amiga y compañera de maestría en Ciencias políticas Carolina Serrata, hoy a cargo de esa institución.
Tan pronto llegué y cumplidas las formalidades del saludo y cordialidades de rigor y la amistad, Carolina me expresó, de inmediato: No es función de la Dida ni interés nuestro andar promoviendo traspaso de empleados entre regímenes de pensiones u otros. Lo que ocurre —agregó— es que hemos recibido muchas solicitudes de traspaso hacia la Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) pública por parte de empleados que anteriormente estaban en AFP privadas y, como les asiste el derecho a elegir sus prestadores en todo lo relativo a los regímenes de aseguramiento y pensiones, y atendiendo las disposiciones normativas, la Dida ha tenido que acoger, atender y procesar tales requerimientos.
No se trata de uno o tres casos: al momento que me habla, la Dida ha atendido y llevado a cabo los traspasos de AFP privadas a la pública de 2,760 empleados públicos.
Al parecer, y no sé por qué causa, algunos empleados públicos, ya que el número es indicativo aunque no significativo, están, con esta acción, expresando una preferencia clara a favor de la AFP que regentea el Ministerio de Hacienda que algo está diciendo.
Documentos disponibles y evidencia 2,722 traspasos
—La Ley 87-01 faculta a la Dida a atender, recibir, conocer y aprobar las solicitudes de traspaso de AFPs de los afiliados al SDSS— me explica la Doctora Serrata, con esa sonrisa suya tan diáfana, y la ampulosa gestualidad de sus brazos que, me luce, parecen desear abrazar el universo.
—Naturalmente —agrega—, eso tiene sus requisitos y procesos. Para que la gente esté al tanto de ellos y los conozca en detalle, sea que deseen ir de una AFP privada a una pública o, al revés, de una pública a una privada, la Dida ha elaborado un manual que está en línea, en “Publicaciones” del menú principal del sitio, bajo el título “Manual de preguntas y respuestas”.
Lo he consultado antes de de escribir esto.
—En otro documento cuya serie se denomina “Abc del SDSS” —agrega y veo que es el 8vo entre los que se publican bajo ese sub menú—, hemos colgado otro específico sobre estos traspasos denominado “ABC No. 37 sobre el Traspaso de Sistema de Capitalización individual al Sistema de Reparto Estatal 02” que la gente puede consultar en línea, 24/7.
Como comprenderán nuestros lectores, los comunicadores debemos confirmar las afirmaciones de nuestros interlocutores y, en virtud de ello, compruebo y doy testimonio de que ahí están, los he visto junto a otros, que consideramos de ayuda para mantener debidamente informados a los afiliados en lo concerniente al SDSS, sus derechos y deberes, los regímenes de aseguramientos, pensiones, coberturas y procesos y mucho más.
Desde el 30 de noviembre del año 2023 al 05 de septiembre del corriente 2024, me informa la amiga Serrata y corroboro en los documentos precitados, una “Comisión interinstitucional de traspaso de cuentas de capitalización individuales (CCI) al sistema de reparto” aprobó 2,722 casos. Otra lista incluye 548 casos más que están pendientes de aprobación por parte de la Superintendencia de Pensiones (Sipen).
La Dida interactúa con los afiliados, para recabar y suplirles información y defensa y, a partir de los resultados obtenidos mediante estas fuentes y acciones, solicitar acciones específicas de las dos superintendencias vinculantes al SDSS: la de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril), en lo relativo al Seguro Familiar de Salud (SFS), y la de Pensiones, en casos como el que nos ocupa.
La sumatoria de las solicitudes aprobadas y pendientes actualmente es 3,270, la cual, ante el tamaño y totalidad de los afiliados cotizantes en el SDSS representan el 0.14% del total de cotizantes reportados al 31 de julio del 2024 y, respecto al número de cotizantes procedentes de la administración pública a igual fecha, 650,785, son el 0.5%.
En la medida que Carolina Serrata comunica esta fascinante narrativa y las peripecias, enfoques y esfuerzos, oportunidades y retos que para consolidar la Dida y llevar con idoneidad y eficiencia las responsabilidades institucionales, la observo detalladamente sin verla vacilar ante los datos; expone con fiabilidad y mirada directa sus argumentos y realidades; describiendo con exactitud las funciones de esa entidad del SDSS que, insiste vehemente, diciendo La Dida cuanta con un reconocimiento tal que ha traído al país a una delegación del Ecuador deseosa de aprender sobre el funcionamiento de la Dida —y posiblemente emularla en ese país—. La cataloga de Un componente único, original y netamente dominicano ya que en ningún otro lugar del planeta los sistemas previsionales disponen de un canal tan expedito de interacción con la sociedad para conocer el sistema e intermediar en la garantía de los derechos de los afiliados mediante la provisión de información y la responsabilidad de defenderlos cuando proceda, ante conductas irregulares o negación de derecho.
A lo largo del encuentro, me mostró documentos, planes que comunicará en su momento. Y lo ha hecho con una energía tan vital que se puede ilustrar en la frase con la cual damos por terminada la conversación:
—Estamos aquí para servir— me dice, para agregar, con la sonrisa que sólo una mujer satisfecha de sí y de lo que hace puede entregar— ¡Y me da mucho orgullo y satisfacción poder hacerlo!
Son las cinco y trece de la tarde del viernes 13 de septiembre del año 2024. Salgo del edificio que aloja las oficinas de la Dida para ingresar al infernal tránsito. El sol no tiene deseos de ponerse y parece que desea quemar cuanto toca; contrariando a la Astronomía, la Física solar y la Heliofísica su intensidad ígnea dice, sin duda, Oye, decidí estar más cerca de la tierra en julio que en enero. Subo la ventanilla del auto para evitar que el ardor ingrese al interior cuando descubro que la temperatura del motor incrementa. Decido ingresar al parqueo de Plaza Naco. No me arriesgaré a que el tapón sobrecaliente el motor. Esperaré. Enemigo del ocio improductivo, me siento en uno de los negocios. Hay poca gente. Enciendo la laptop y empiezo a teclear notas sobre el encuentro. Por casi tres horas allí permanezco, inmerso en mi mundo; tras saberes; preguntándome si la propiedad y convicción con que Carolina Serrata se expresó serán las máscaras de los funcionarios y políticos tradicionales o si, por el contrario, la conducta y funciones recias, solidarias y abiertas de la mujer empoderada que creo es y espero que continúe siendo: íntegra y fiable. No tengo razón para dudarlo, me digo y, en todo caso el tiempo, como otras veces, te lo dirá. Me incorporo. La plaza está más desolada aún. Emprendo el regreso al auto mientras veo que hasta la noche insiste en los suyo: ¡oscurecer!