VIVENCIAS

Burda farsa y majadería

En la Antología de la literatura burlesca del Siglo de Oro (Volumen 4 entremeses de burlas) de Celsa Carmen García Valdés, refiere el entremés como representación breve y burlesca, indicando que entre la burla y la risa del mundo se manifiesta cierto menosprecio de la comedia, que abruma por su pretensión conceptual.

En los entremeses ocupa un lugar destacado el acto burlón ya sea de enredos o costumbres con una fuerte acción dramática. Pero donde el entremés adquiere fuerza, es con el famoso embustero que urde la burla, pretendiendo con un desenlace celebrar el triunfo de un ingenio superior, que busca se le reconozca los logros de la burla.

Lo anterior sirve para explicar la burda farsa montada por el majadero presidente y su tropelía en la recién contienda electoral en Venezuela. En esta situación, contrario a lo que es el entremés como pieza de teatro, el motivo que mueve al ingenio burlador a urdir una burla para demostrar su capacidad de engaño, es que en su traza ha habido intención vejatoria, deseo de humillar o destrozar al burlado, burla, que una vez hecha no es aceptada por el burlado, y entonces el burlador se divierte en la fiesta convocada con que quiere cerrar el entremés.

El majadero con las torpes farsas montadas, ha querido mediante el artificio, completar las maniobras maquiavélicas que han dado origen al fraude. Supuestamente los burladores han ganado la apuesta, pero la competencia le ha jugado una mala pasada, a tal extremo que la zurra ha sido tan grande que no ha sido posible recomponer la farsa.

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