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Más de por qué no a la reforma fiscal

En un anterior artículo que tiene el título Por qué no a la reforma fiscal, expuse un conjunto de indicadores fiscales y monetarios que soportan la referida denegación. En la publicación en este mismo medio, también se explicó que el gobierno no había presentado un diagnóstico de las finanzas públicas que justificara la reforma, pasado unos meses ya sabemos que al menos dos informaciones más se pueden presentar para enfatizar acerca de que no es necesaria la reforma fiscal.

A finales de julio, el Congreso de la República, le aprobó al Poder Ejecutivo un presupuesto complementario para el 2024, promovido por el aumento de los ingresos fiscales más allá de lo estimado para el presupuesto inicial. En concreto, ingresos adicionales por un monto de RD$ 36,447 millones ha dado como resultado de que el gasto público en la modificación presupuestaria aumentará en RD$ 39,127 millones, evidencia de que más ingresos son para gastar más, sin que haya un plan para disminuir el déficit fiscal del año corriente o pagar deuda pública, a fin de disminuirla; por el contrario, ha aumentado su saldo en US$ 18,475 millones. El presupuesto complementario del 2024 es indicativo de que no se requiere de una reforma fiscal para aumentar los ingresos, pues lo que hace es elevar el gasto improductivo.

Debate sobre la reforma fiscal.

Debate sobre la reforma fiscal.Fuente externa

En la misma línea, a pesar del presupuesto complementario de 2024, el gasto de capital ejecutado para los primeros 8 meses del año, apenas es de un 10.0 % del gasto total, pudiendo haber sido de un 13.0 %, conforme a la ley de presupuesto; en contraposición, el gasto en publicidad gubernamental fue incrementado en RD$ 2,292 millones para lo que resta del año en curso.

El segundo aspecto es el desempeño de la economía, en las variables que se relacionan con los indicadores monetarios, correspondiente al primer semestre del 2024, por aquello de que, el control de precios es el factor clave para el crecimiento económico con estabilidad, condición fundamental para saber si el Banco Central está cumpliendo con el mandato que le confiere su ley y lo establecido en el programa monetario anual, relativo a los parámetros consignados y que guían el accionar de la política monetaria del año en curso, dentro del esquema de metas de inflación.

Desde el año 2012, el Banco Central adoptó una estrategia de política monetaria, conforme al mandato legal de la moderación y estabilidad de los precios, para lo cual comenzó a implementar el esquema de metas de inflación, entre otras cosas, porque permite que los mercados de bienes, servicios, dinero y cambiario, operen con mayor certeza y claridad, una manera de mitigar eventuales exposiciones a la incertidumbre y suavizar expectativas de inflación en los agentes económicos, al proveerle una referencia adecuada de la evolución proyectada de la inflación. Basado en ese fundamento, las decisiones de invertir pueden desarrollarse en un clima de certidumbre, potenciando la inversión, el empleo, el consumo y la productividad; por lo que, la mejor contribución que la política monetaria puede hacerle a la economía, es el crecimiento ordenado.

El objetivo supremo de la estabilidad de precios que debe procurar el Banco Central, supone de una política monetaria manejada con independencia, sin menoscabo de la coordinación con el ámbito fiscal, a fin de potenciar el crecimiento económico con estabilidad. De acuerdo con los resultados divulgados por el Banco Central, la economía dominicana registró para el primer semestre del 2024 un crecimiento acumulado de un 5.1 % y a junio una expansión interanual de un 6.2 %, indicativos de que no se ha producido desvío respecto al programa monetario, que previó un desempeño de un 5.0 % para final de año, mostrando un cumplimiento de la meta explicita del PIB para el primer semestre y altas posibilidades de que continue el referido resultado para el segundo semestre del 2024.

Por el lado de los precios, a junio de 2024, la tasa de inflación se encontraba dentro del rango meta, al situarse en un 3.46 % interanual, nivel que se ha mantenido también a julio, al registrar un 3.54 %. Lo propio puede decirse de la inflación subyacente, que registró un 3.98 % y 3.90 %, respectivamente. Los referidos indicadores, muestran el logro del objetivo de la estabilidad de precios y del éxito de la política monetaria, que está asociada estrechamente con la inflación subyacente, que le ha permitido a la economía moverse en expansión dentro de un clima de inflación controlada.

En lo relativo a los resultados financieros fiscales, el déficit a julio se situó en RD$ 91,952 millones, nivel que se encuentra por debajo del estimado para el año completo del 2024 y que asciende a RD$ 231,311 millones, muestra de que el desbalance fiscal solo representa el 39.3 % de la meta establecida, lo que permite inferir, que existe suficiente holgura para el manejo de las finanzas públicas con niveles de certidumbre y también, para que no presione en forma adicional a la formación de precios internos hacia el alza, al preverse el cumplimento de la meta del déficit fiscal de un 3.1 % del PIB.

En lo referente a la base monetaria restringida, el programa monetario proyectó un crecimiento de un 14.8 % para el 2024; sin embargo, el nivel registrado al séptimo mes fue de un crecimiento interanual de un 15.0 %, evidenciando una ausencia de desvío respecto a la meta, al tiempo de denotar grado de certidumbre monetaria para los agentes económicos.

En complemento con los indicadores de oferta monetaria, el medio circulante a julio manifestó un crecimiento interanual de un 3.68 %, muy inferior a la meta explícita del programa monetario que fue para todo el 2024 de un rango de 12.0 % a 14.0 %. También, este indicador monetario revela la suficiencia de espacio para el manejo monetario de cara al segundo y último semestre del 2024. El agravante asociado al bajo nivel del medio circulante es que le resta dinámica a la demanda interna.

El comportamiento de las reservas internacionales netas, que a julio fue de US$ 15,287 millones, favorecen a los dos indicadores que se toman en consideración al momento de evaluarla, el primero, concerniente a la cobertura que debe garantizar a las importaciones dominicanas que son 3 meses, en el caso del primer semestre de 2024, la supera, al representar 5.6 meses, casi suplicándola y, el segundo, vinculado al parámetro referido al PIB, que es de un 10.0 %, aconteciendo, que al cierre del séptimo mes fue de un 12.5 % del PIB, señales de un nivel adecuado de cumplimiento, que promueve niveles de certidumbre al mercado cambiario.

De manera que, la economía dominicana durante el primer semestre del 2024, muestra un holgado nivel de cumplimiento, que sienta las bases para que la economía se proyecte para el segundo semestre del año en curso con niveles de certeza en cuanto al logro de la meta de crecimiento del PIB, como lo indica también, el aumento de las recaudaciones, sin que se haya producido una reforma fiscal.

Como puede colegirse, el aumento de los ingresos fiscales, el incremento del gasto público, el crecimiento del PIB, el control de la inflación, el aumento de las reservas internacionales y el cumplimiento de las variables monetarias, nos muestran un escenario que nos invita a reflexionar acerca de que hay más razones económicas para que no se realice una reforma fiscal, especialmente si tiene el objeto de gastar más.