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Cita literaria

La historia de Librería Quisqueya

Durante el período en que la pandemia obligó a muchos negocios a cerrar sus puertas, José Johan Linares y su hermano José Antonio, movidos por su pasión por la lectura, decidieron emprender en el mundo literario. Convirtiendo una crisis global en una oportunidad, fundaron Librería Quisqueya, un proyecto destinado a conectar a su comunidad con el enriquecedor poder de los libros.  

Emprender en el sector literario es un desafío en sí mismo, pero hacerlo durante una crisis sanitaria mundial añade una capa adicional de complejidad. A pesar de estos retos, José Johan Linares los transformó en trampolines para innovar y crecer. En lugar de sucumbir a la adversidad, la librería prosperó con un enfoque claro: transformar la pasión por la lectura en un motor de cambio cultural.  

“Emprender en el mundo literario es como vender tierra en el desierto. La disponibilidad de libros pirateados en línea y la falta de apoyo institucional crean obstáculos significativos”, comentó José Johan. El mercado literario en República Dominicana enfrenta varios desafíos, como la falta de una amplia cultura de lectura y el escaso apoyo gubernamental al sector. La demanda limitada de libros incrementa los costos, complicando aún más el emprendimiento en este campo.  

A pesar de estos desafíos, Librería Quisqueya, que nació como un proyecto completamente virtual, celebra en agosto su primer año como tienda física. Su misión es fomentar la lectura en país, enfocándose en aquellos que aún no han descubierto el fascinante mundo de los libros.

“No solo nos dirigimos a los lectores actuales, sino que buscamos conectar con quienes podrían convertirse en grandes amantes de la lectura. Nuestra visión es contribuir a un país más culturalmente enriquecido, con sucursales en cada rincón del país donde los lectores puedan disfrutar de sus libros favoritos”, señaló José Johan.

Desafíos

Uno de los principales desafíos durante la pandemia fue ganar la confianza de los clientes para realizar compras virtuales. Según José Johan, con tantas estafas en circulación, había dudas sobre la autenticidad de su librería. Para superar este obstáculo, implementaron el sistema de pago contra entrega y crearon contenido en redes sociales y en su sitio web (libreríaquisqueya.com) para demostrar la legitimidad de su negocio. 

Además, realizaron personalmente las entregas de los libros, arriesgándose a contagiarse. “El riesgo era alto, pero era necesario para mantener el funcionamiento de la librería y asegurar que los clientes recibieran sus libros”, comentó Linares.

La inversión en publicidad y la atención personalizada a través de WhatsApp también jugaron un papel crucial en el éxito de la librería. “Nos sorprendió el interés de los dominicanos en la lectura, aunque notamos que muchos leen, pero prefieren no compartirlo públicamente. Esto a veces da la impresión de que hay pocos lectores en el país”, añadió José Johan.

La apertura de una librería física en Los Alcarrizos representa un paso importante para Librería Quisqueya. Según José Johan, el propósito es ofrecer a los clientes la posibilidad de ver y tocar los libros antes de comprarlos. La elección de esta ubicación, a pesar de ser un área de bajos recursos, se fundamenta en la convicción de que la lectura puede tener un impacto positivo a largo plazo en la comunidad.

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