La Adesjo
Por un tristísimo acontecimiento, en 1994 pasamos a presidir el Comité Ejecutivo de la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa, la ADESJO, la Junta para la mayoría de ocoeños.
Para la época aludida la institución tenía una tradición de trabajo comunitario de 32 años (fue fundada el 12 de julio de 1962).
Fue con la llegada del sacerdote canadiense Luis Quinn que la ADESJO inició su genuina andadura.
Luis supo galvanizar las fuerzas y sentimientos latentes en una comunidad que por imperativo de la geografía, de la soledad que imponían unos imponentes tabiques montañosos, fijó una solidaridad desde la cotidianidad de su historia bicentenaria.
En lo personal, fue una experiencia esencialmente llena de gratificaciones porque nos permitió recorrer la geografía manielera; convivir en diálogo con las comunidades rurales; apreciar la estirpe de verdaderos lideres comunitarios; participar de sus afanes, de sus sueños, de sus esperanzas y hasta de sus amarguras.
Sobre todo: de lo que es capaz de lograr el esfuerzo colectivo; la voluntad de hacer que floreciera el campo yermo y que la ruralidad preterida por el Estado tuviera entrada a la educacion, a la salud, a la comida, al crédito… a la dignificación de la vida.
De manera pues que si se me preguntara cuál ha sido el impacto de ADESJO en la vida ocoeña, contestaria sin dudarlo: Modificó en sus cimientos la visión y la realidad del campo.
Y si se me piden pruebas, no tendría necesidad de recurrir a fórmulas abstractas, sino a realizaciones concretas, visibles, que muestran el trabajo realizado en 62 años, por medio de 84 Consejos Comunitarios, órganos del gobierno de las comunidades, traducido en:
• 12,421 viviendas construidas
• 7,613 sanitarios rurales
• un comedor económico
• un centro de Educación Especial para niños/as con diferentes discapacidades físicas, psicomotoras y problemas de aprendizaje.
• 2 centros técnicos vocacionales
• Un centro para el alojamiento y cuidado permanente para envejecientes.
• 72 escuelas rurales para la educacion primaria.
• 152 acueductos rurales, debidamente potabilizados mediante dosificadores de cloro en línea
• 13 clínicas rurales y suburbanas
• 12 centros comunales
• 605 kilómetros de caminos
• 7 microcentrales hidroeléctricas
• 3 microcentrales fotovoltaicas, 2 para irrigación agrícola y una para un acueducto rural.
• 350 fogones ecológicos artesanales
• 21 apiarios para mujeres organizadas
Dejé escrito un cambio de visión. Un cambio también de condiciones vitales.
Hemos dejado para el final dos elementos que produjeron una revolución en el nivel de vida de las comunidades rurales, cuyos índices de pobreza ponían notas de pena hasta en los corazones más endurecidos.
El primero de esos elementos es el “descubrimiento” y aprovechamiento del agua. Casi veinte mil tareas fueron incorporadas a la producción e integradas a una especie de reforma agraria.
En efecto, los dueños de terrenos favorecidos por un sistema de riego debían ceder a titulo de usufructo hasta el cincuenta por ciento de sus predios a agricultores/as sin tierra.
El segundo elemento vino a llamar la atención sobre una maldición bíblica que arrastramos los manieleros desde la aurora misma de la emigración banileja: la tala.
El empeño de ADESJO no se limitó a discursos ni a alarmas apocalípticas: 130,300 tareas reforestadas y 147,350 tareas conservadas mediante prácticas de conservación de suelos.
En suma, ADESJO es el cambio auténticamente revolucionario en el campo ocoeño.