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Voto obligatorio. ¿Puede mejorar la democracia?

Concluida la contienda electoral, algunos legisladores se han propuesto someter proyectos para obligar a los ciudadanos a ejercer el sufragio. Realmente en las dos últimas décadas el criterio de visitar las urnas es toda una proeza.

La gran debilidad de las propuestas políticas se debe a que los partidos políticos no se han reinventado, al tal extremo que observemos que un legislador puede repetir más de dos períodos sin fomentar mejoras legislativas.

La política se ha convertido en una inversión económica que más tarde que temprano retorna a las arcas de sus patrocinadores. Poco importa lo que la sociedad requiera para avanzar, de lo que se trata es llegar al congreso y simplemente servil a los intereses particulares. Los políticos tradicionales no les interesa que los jóvenes ocupen una curul en las cámaras legislativas, porque poseen nuevas propuestas, ya veremos el recién congreso elegido por el 52% de dominicanos inscriptos en el padrón electoral, convirtiéndose este porcentaje el más bajo desde unas décadas.

Debemos propiciar campañas educativas, para crear conciencia y empatía en las nuevas generaciones a fin de que observen que ejercer su voto es un deber ciudadano no así, una obligación. Vamos a fortalecer la democracia, pero no con obligatoriedad.

Aquí tenemos muchos actores que deben monitorear el devenir de nuestras elecciones paulatinamente y dejar de ser tan tradicionalistas. Dejemos de apostar a más leyes estériles que no llegan a dirimir nada. Es el momento de ser más sensatos y menos populistas, penoso que hasta con esa situación del sufragio ya algunos pretenden tener la solución a ese mal.

No tenemos que analizar dónde está, lo que invito es que los actores de estos procesos puedan preocuparse más por los ciudadanos y sus necesidades, y que esos votos apoyen a las buenas propuestas. Analicemos la posibilidad de alternar el sufragio, es decir, modernizar nuestro sistema de votación, facilitar al ciudadano ejercer ese deber de forma virtual o presencial, todo puede ser válido, enfocándonos en la educación, la estimulación electoral, con el objetivo de aplacar la abstención.

Unos 27 países contemplan en sus legislaciones electorales el voto obligatorio, dentro de ellos Argentina, Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Bulgaria, Costa Rica, entre otros. Sin embargo, los efectos de la obligatoriedad son limitados, ya que en la mayoría de estos no se traduce en ordenanzas o se limita a procedimientos administrativos para los abstencionistas.

De hecho, en las legislaciones de estos estados ni siquiera contemplan sanciones, sino que simplemente citan votar como “una obligación del ciudadano”, sin establecer procedimientos sancionadores.

Jean Paul Sartre, filósofo francés, 1905-1980, manifestó que ¨la libertad es una característica fundamental de la existencia humana. El ser humano es libre para elegir cómo actuar en el mundo, y es responsable de las consecuencias de sus acciones¨.

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