Inteligencia Artificial (IA)
Llegó la inteligencia artificial (IA) y cada día gana popularidad. Esta herramienta puede realizar tareas similares a las que realiza la inteligencia humana. Puede reconocer imágenes, objetos, personas, videos, traducción de textos, puede reconocer el habla humana, puede realizar mecanismos de prevención en salud, diagnósticos médicos y guías de tratamientos para cáncer, obesidad, hipertensión y diabetes; puede establecer los posibles niveles de productividad en el campo agropecuario, diagnosticar enfermedades que afectan las cosechas, entre otras aplicaciones. En el ámbito educativo, puede dar clases personalizadas y sus respectivos reportes y tutorías por internet. En lo relativo a la seguridad, es capaz de analizar con altos niveles de eficacia, altos volúmenes de grabaciones de cámaras de circuitos cerrados, ubicar individuos y detectar actividades criminales. Todo esto puede lograrse por la gran cantidad de información, recursos económicos y tecnológicos y el desarrollo de nuevas técnicas computacionales.
La IA tendrá un gran impacto en el mercado laboral, debido a la automatización que permite esta herramienta. La Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión, de la Delegación de Coyoacán, Ciudad de México, indica que “más del 65% de los empleos podrían ser automatizados en países en vías de desarrollo, mientras que en los desarrollados se reducirá la contratación de mano de obra en el extranjero en favor del uso de IA en su territorio”. No obstante, pueden generarse nuevos empleos y mayores niveles de crecimiento económico en los países que apliquen estas tecnologías. Se estima que para el año 2050 el valor mundial de la IA superará los 125 mil millones de dólares.
Las mejores universidades del mundo y por supuesto, las naciones desarrolladas están realizando investigaciones e inversiones para apoderarse de los beneficios que ha degenerar la IA. Henry Kissinger, Erick Schmidt y Daniel Huttenlocher, en su libro “La era de la Inteligencia Artificial” establecen que las empresas norteamericanas de IA obtuvieron en el 2020 más de 20 mil millones de dólares en financiamiento, sus pares asiáticos recaudaron más de 25 mil millones y los europeos 8 mil millones de dólares, para seguir consolidando el desarrollo de esta tecnología. Indican que “los líderes políticos y empresariales anuncian de forma rutinaria sus objetivos de ganar en inteligencia artificial o como mínimo, de adoptar la IA y adaptarla a sus objetivos”.
“La IA no es una industria, no es un producto único, no es un dominio. Es un mecanismo tecnológico para facilitar el proceso industrial, la investigación científica, la educación, la logística, el transporte, la defensa, la aplicación de la ley, la publicidad, la política, el arte y la cultura y mucho más”, indican los referidos autores.
La IA será altamente beneficiosa en muchos aspectos de la vida cotidiana y perjudiciales en otros. Los beneficios hay que recibirlos y aprovecharlos y los perjuicios hay que regularlos para reducir sus efectos.