PUNTO DE MIRA
El Congreso FP y Franklin Almeyda
El partido Fuerza del Pueblo se apresta a celebrar su 2do Congreso Franklin Almeyda donde seguramente diseñaran cambios significativos en la estructura, dirigentes y el plan de acción que demanda el crecimiento y madurez acelerada que ha tenido esa organización, que en un cuatrienio se convierte en el principal partido de oposición. De un ocho por ciento en las elecciones del 2020 obtiene casi el 30 de los votos en una competencia entre tres partidos grandes.
El salto de calidad reclama otro enfoque. En las pasadas elecciones la FP dividió su labor entre construir un partido, porque son el instrumento para obtener el poder, y hacer las campañas electorales. Esa tarea de levantar la estructura consumió gran parte de su gestión y, no obstante, pudo obtener buenos resultados electorales.
Los partidos son entidades con los mismos atributos de los organismos sociales y son escenarios de las luchas de egos, envidias, zancadillas, críticas y obstáculos. La FP logró salir adelante y ahora tiene que asimilar las experiencias y premiar a los dirigentes con mejor desempeño para una nueva lucha por el poder en condiciones distintas.
Ganar las pasadas elecciones hubiera sido un milagro, evento de origen divino no frecuente en política, pero los “pueblitas” quedaron felices con los resultados sobre todo por su victoria en el Distrito Nacional, donde Omar Fernández se impuso al candidato del poder, todo su gabinete y partidos aliados al PRM. Una presea cercana a lo extraordinario.
Ya en los preparativos del Congreso, que es la máxima autoridad de la FP, se puede hacer una pausa para reflexionar sobre Franklin Almeyda Rancier, a la memoria de quien se dedica el evento por ser uno de sus diseñadores y constructores del partido verde.
El abogado, maestro, político y escritor es para mi uno de los ejemplos del servidor público. Almeyda, o Franklin como lo llamábamos todos, es muestra de la honestidad. Estuvo en primera fila del ejercicio del gobierno del PLD con Leonel Fernández y Danilo y ni siquiera del partido morado levantan un dedo para imputarle una inconducta. Para lo que se estila en estos tiempos, ya eso de por si es un legado.
En la casa de Franklin era frecuente una tertulia que promovía su esposa, mi admirada Josefina Pérez Gaviño, donde peledeístas y amigos discutíamos la política del momento y cada quien aportaba su visión con exposiciones cordiales. Nadie vislumbraba las sorpresas que se escondían tras las puertas del futuro. Veíamos los pasos de Danilo Medina hacia el abismo, por manejar como antagónica una contradicción que tratada así tendría graves consecuencias. Tras la victoria de Danilo en el 2012 varias veces escribí que la ruta que emprendía Danilo era de división del PLD con la perdida del poder y la cárcel para sus miembros.
Pasarían muchos años, pero la tozudez convirtió la advertencia en nefasta realidad.
En ese periodo nadie soñaba que Leonel Fernández fuera acosado hasta salir del PLD y algo mayor, que pasara de teórico a albañil de la política. Y ahí está la obra. La LF es fue la sorpresa para los que ponen el odio al mando y no creen en el trabajo armónico y concertación.
En la biblioteca de la casa de Franklin teníamos por asiento las mismas mecedoras donde ser forjó el PLD y seguramente serian nuevamente testigos muebles del nacimiento de la negación de la negación dialéctica . En esos conversatorios Franklin explicaba el peso de la tecnología en la política y en ese marco se construyó la FP, sé que él fue de los constructores, pero yo no era del partido y solo sé lo que pude ver desde fuera.
Uno de los temas que conversé con Franklin era de la importancia que en el PLD de entonces le daba al desarrollo de la burguesía nacional como motor del desarrollo económico y que seguramente sería un tema en la FP, una materia que se habla en circuito cerrado. La vida no me complació para ver la aplicación de las sus ideas en materia de educación moderna, sobre todo para los niños.
El Congreso Franklin Almeida es un tributo a la honradez y las preocupaciones de un servidor público. Ojalá que sus resultados sean de provecho para el país.